La seria advertencia de la encuesta Gallup-Hoy

La nueva entrega de la encuesta Gallup-Hoy nos aporta una gran cantidad de información sobre la situación social y política del país. Hay muchas maneras de leer una encuesta.

La nueva entrega de la encuesta Gallup-Hoy nos aporta una gran cantidad de información sobre la situación social y política del país. Hay muchas maneras de leer una encuesta. La mayoría centrará su interés en lo que revela sobre el futuro político inmediato del país. De hecho, es una lectura correcta. Empero, si leemos este sondeo desde una perspectiva menos inmediata, sus resultados deben llamar nuestra atención, pues constituyen una advertencia, que no deseamos dejar pasar por alto. Esto así, pues tal como escribe el periodista Juan Bolívar Díaz, el 46% de los encuestados piensan que el país necesita “un ‘cambio radical, tal vez hasta revolucionario’, con otro 32% que favorece ‘un gran cambio’, para sobrepasar las tres cuartas partes”. Es decir, existe en nuestra sociedad un malestar subyacente, de fondo, que lleva a algunos a buscar reformas, mientras que otros se plantean un cambio “revolucionario”, que implica cuestionar las instituciones políticas y económicas, que nos han brindado mas de sesenta años de convivencia y progreso, en libertad. Otros resultados de la muestra explican este deseo de cambio. A pesar del sostenido liderazgo de nuestro país en crecimiento económico, un 61.8% de los encuestados consideran que el país está estancado y/o atrasandose. Esta sorprendente percepción revela que para una mayoría de nuestros conciudadanos tal crecimiento es irrelevante, pues no afecta sus vidas. Siendo así, los dominicanos consideran que la economía nacional está mal y/o muy mal (74.6 %), y que su crecimiento brinda poca o ninguna posibilidad de salir de la pobreza (70%). Ademas que la situación económica personal anda mal y/o muy mal (41.7%) y que el crecimiento económico solo beneficia a los ricos (71%). En conclusión, para una considerable mayoría, el país anda por mal camino (78.8%), lo que está provocando insatisfacción con la manera que esáa operando el sistema democrático (65%). Si agregamos el dato que un 81% de la población apoya prohibir la entrada de más inmigrantes haitianos y un 50.8% de venezolanos, tenemos todos los elementos constitutivos de lo que podríamos llamar la enfermedad de la globalización: Un crecimiento económico que beneficia a una minoría, acompañado de una instituciones políticas cuestionadas y una inmigración desbordada.

El reto que tenemos por delante requiere, pues, de mucha inteligencia y tacto: Tenemos que hacer que el crecimiento económico sea inclusivo, sin dañar la empresas; tenemos que reformar nuestro sistema político, sin destruir la democracia. Y, además, tenemos que reversar el flujo migratorio, para permitirles a los dominicanos más pobres beneficiarse del crecimiento económico, integrándose al mercado laboral, la única salida que tienen de salir de la pobreza. Ninguna de las tres cosas nos serán fáciles, pero lo que no es una opción válida es ignorar esta clara señal de que las cosas no andan bien y necesitan de un correctivo.

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