Máximo premio periodístico

Señor director: Los galardones gratifican, como diluvio de las prendas que adornan a los humanos; se estampan como una distinción señorial y se acoplan en lo más recóndito del alma.

Señor director: Los galardones gratifican, como diluvio de las prendas que adornan a los humanos; se estampan como una distinción señorial y se acoplan en lo más recóndito del alma. El Premio Nacional de Periodismo (PNP) capulla como la más predilecta honra profesional.

El PNP CDP-Minerd no ha de otorgarse por ejercer durante décadas, ni por impactar con un proyecto novedoso, y menos por sobresalir en un año; ni por poseer maestrías; tampoco por ser director de un diario, una escuela de comunicación social o presidente de una entidad, ni basta con publicar un libro. No se trata de una medalla sectorial, sino del máximo premio periodístico nacional.

Para esquivar que el individualismo sea seleccionado a merced de apreciaciones subjetivas del jurado, en los vericuetos de la simpatía personal, grupales o la política, la asamblea del CDP del 2002 aprobó la metodología de escogencia. Esta consta de cinco criterios, con repercusión numérica en el tiempo. A saber:

1.- Formación académica: grados de estudios, especialidades y cursos. O sea, la preparación para el rendimiento profesional.

2.- Trayectoria profesional: innovación, calidad e impacto. Es decir, la vida laboral en la diversidad y la eficiencia.

3.- Contribución docente: universidades, seminarios y conferencias. Significa transferir sus conocimientos a futuros periodistas.

4.- Aportes bibliográficos: libros, monografías y artículos. Suministrar sabiduría a la sociedad.

5.- Acciones gremiales: fraternidad, solidaridad y sacrificio. Trabajar por la seguridad-prosperidad de los colegas.

¿Ha sido obviado o aplicado rigurosamente el reglamento referido? Si quieres saberlo, liste a los galardonados desde el 2002, asígnele un porcentaje a cada una de las cinco variables y felicite a los de más alto puntaje. ¡Honor a quien honor merece!
Oscar López Reyes
Presidente Fundación Comunica.

Pasa la página

Señor director: De los archivos de casos de noticias estúpidas pero verdaderas, el vuelo 163 del Aeropuerto Reagan a Los Ángeles se retrasó para una descarga, no de un pasajero borracho sino de una pila de papel, específicamente 635 kg de documentos gubernamentales o un poco más de 141,000 páginas.

Hay demasiados componentes tontos en esta historia para que todos los examinen; ¿Por qué no mantener los originales en casa y usar un USB de 10 g o incluso enviar una copia de seguridad por USB también por correo? ¿Por qué se imprimió tanto de todos modos? ¿Alguno de los documentos gubernamentales ‘secretos’ o simplemente las cosas habituales que nadie lee? Como hay solo unas 1000 páginas en ‘Guerra y paz”, de Tolstoy, ¿esto es ‘muchas guerras y no paz’?

¿Fueron las numerosas cartas enviadas al presidente Trump agradeciéndole por hacer “realmente genial”?

Probablemente la mejor solución, aparte de la contaminación, podría haber sido volarla sobre el océano y luego descargarla.
Dennis Fitzgerald
Ciudadano

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