Luis y el PRM en lo que llega el delivery

El gobierno del PLD instaló durante algún tiempo, en parte de la opinión pública, la matriz comunicacional “aquí no hay oposición”, dirigida a ….

El gobierno del PLD instaló durante algún tiempo, en parte de la opinión pública, la matriz comunicacional “aquí no hay oposición”, dirigida a

i) descalificar los cuestionamientos a la corrupción y la impunidad prevalecientes, al control totalitario de las instituciones, el colapso de servicios públicos fundamentales, y el golpeo al aparato productivo nacional en favor de importaciones que benefician a pocos pero lesionan la competitividad y el empleo.

ii) Moldear la opinión de los ciudadanos en base a una masiva campaña propagandística (más de 11 millones de RD$/día), y un discurso oficial dirigidos a sustituir en el imaginario popular la precariedad en que vive la mayoría, por “un país de clase media”.

iii) Darle continuidad a un modelo gubernamental que en 16 años ha servido fundamentalmente para enriquecer a una cúpula partidista que acumula fortunas personales que deja pequeña cualquier estimación de quienes tienen algún nivel de conocimiento de ellas, extraídas del anhelado bienestar social y desarrollo económico con equidad.

En apoyo a esa matriz se ha estado “construyendo” la “realidad” de que este país se reduce a las figuras de Danilo y Leonel, y que como partido el PLD es principio y fin de la política.

Apalancando ese criterio de reducir y/o descalificar al liderazgo opositor, opinólogos se apoyan en parámetros que no encuadran con los vertiginosos cambios que se han producido en el país desde los liderazgos mesiánicos de Peña, Bosch y Balaguer, de cuando aquí no había internet, ni teléfonos inteligentes, sólo teníamos 2 universidades no se habían producido la gran diáspora, la expansión del turismo y las zonas francas, y la mayor parte del pueblo vivía enclaustrado y era predominantemente rural.

Con esta nueva sociedad que el PLD no pudo o no supo o no quiso concertar las grandes líneas maestras de un modelo de desarrollo con las instituciones fuertes de una democracia moderna y sostenible, les emerge en su cara Luis Abinader quien según Gallup-Hoy publicada en estos días es el líder que la mayoría del pueblo quiere como su presidente para 2020.

Heredero de una trayectoria ética familiar y personal de trabajo honesto a toda prueba, ejecutivo moderno, concertador, como ha demostrado en el PRM, único presidenciable capaz de conectar con la aspiración ciudadana de establecer una nueva comunicación y relación con los políticos, ahí está Luis, el que la mayoría de la gente quiere para presidente.

Y ahí está el PRM que según Gallup-Hoy en seis meses logró un crecimiento de más del 57%, producto de su disciplina, cohesión de su liderazgo y dirigencia, emergencia de un joven relevo ya depositario del mando, convenciones democráticas, operatividad estructural, padrón electoral online y en la JCE en su fase inicial, apertura al pueblo y firme defensa de los valores democráticos… cómo se le parece al partido que casi un 60% del electorado quiere que gobierne a partir de 2020.

Si el PLD cree que puede mantener apalastrada a la gente bajo sus abusos, publicidad y falsas noticias, allá ellos.

Si opinantes esperan un mesías de los viejos tiempos para gobernar en los nuevos tiempos, más les vale que lo manden a buscar con un delivery, que al decir de Chichí mi hermano de Jersey “es una de las pocas vainas que a ustedes les funcionan”.

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