Sobre empresarios y empleados

Muchas veces oímos decir “he quebrado varias veces, no quiero saber de negocios”. Y esas personas, que han intentado ser empresarias sin lograrlo

Muchas veces oímos decir “he quebrado varias veces, no quiero saber de negocios”. Y esas personas, que han intentado ser empresarias sin lograrlo, terminan empleándose y valorando la seguridad de un sueldo a fin de mes.

Aunque quieren que creamos que los empresarios llevan una vida fácil y cómoda, abusando de sus trabajadores, la realidad es otra.

En un sistema donde se respetan los contratos voluntarios entre la personas, la existencia del empresario libera al empleado de algo que no muchos saben manejar: el riesgo a perderlo todo.

Puedes ser un excelente chef y montar tu propio restaurante con los ahorros de toda tu vida. Si quiebras los pierdes. Pero si hubieses estado trabajando en ese mismo restaurante como empleado, simplemente te vas con tus destrezas a otro.

A la mayoría de la gente ser empresario no le va, por ese riesgo que conlleva. Y es precisamente por la existencia de ese riesgo que existen los beneficios. Para premiar al que tiene la valentía de atreverse, cuando las cosas salen bien. Y para premiar que con su ingenio, y arriesgando lo suyo, fue capaz de crear empleos y prosperidad.

A diferencia del salario, que se garantiza de antemano, el monto de los beneficios es incierto. Porque depende…

Depende de que factures lo que se proyectó (¿y si no?), de que no te engañe un suplidor, de que no explote la planta eléctrica, de que no te roben, de que no te demanden, de que la moneda en que cobras no se devalúe, de que no se te incendie el local, de que no te aumenten los intereses del préstamo, de que tus competidores no se te vayan alante, de que no pase un inspector a intimidarte, de que el gobierno no te suba los impuestos para financiar sus excesos…

La cabeza del empresario no se desconecta nunca. Aunque ande de paseo.

Antes de ponerse a acabar con los malvados capitalistas, estas cosas deberían decirse. Que muchos detestan la incertidumbre y los dolores de cabeza de ser empresario y eligen, aliviados, “que mejor se les explote”.

Posted in Consejos

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas