Los pueblos tienen muchas formas de hablar. Su lenguaje puede ser silencioso o ruidoso; masivo o graneado. Pero siempre, para hacerse sentir. Muchos pretenden hacerlo en su nombre, los que lo logran son líderes en los que los pueblos se sienten expresados.

Un resultado electoral puede ser lo que, dicho en ese lenguaje, el pueblo quiere; eso explica que las elecciones sean la médula del régimen democrático. Siempre, empero, que el proceso sea transparente. Los que creen engañar distorsionando la voluntad popular, acumulan en su contra desconfianza; “ganan”, pero no son respetados.

Este domingo se reunió una parte significativa del pueblo dominicano, sin poder ir todo el pueblo, porque alguien se debía quedar cuidando la casa, los niños, los negocios; o porque guarda temor a perder su empleo; quizás por no poder tener para el transporte; pudo ser por la distancia y el tiempo.

Ahí en el Centro Olímpico y sus alrededores se celebró una fiesta histórica por la democracia y el respeto a la Constitución. Este pueblo ha sido desafiado y se le ha querido amedrentar, su respuesta ha sido hacer respetar lo que hasta ahora se ha logrado avanzar del régimen democrático.

La decisión del pueblo está expresada en sus diversas formas de organización social, política, religiosa, etc. Las encuestas repiten su sentir, no quiere desbordamiento constitucional.

El pueblo habló este domingo acompañando a quien lleva su liderato. Un hombre prudente, con experiencia de Estado y con valor político, sin ser desafiante. Es de los que no se envenenan guardando en su corazón oportunidades para retaliaciones.

La mayor expresión del pueblo está en quien trazó la raya de Pizarro y proclamó “No hay marcha atrás”. Es, además, la garantía del PLD para permanecer y reiniciar el rumbo. En él se ha confiado, como se confió en el profesor Bosch, maestro de todos los que fundamos la organización gobernante.

Juan Bosch enseñó a los que hoy debatimos internamente en el PLD, a hacer respetar las normas y valores que consignan la Constitución para sustentar la democracia. El PLD es una organización nacida de las entrañas de la Revolución de Abril de 1965, la cual fue originada en respuesta al golpe de Estado contra Juan Bosch en 1963, y cuya consigna de ese pueblo en armas feé el “Retorno a la constitucionalidad sin elecciones”.

Ud., Presidente Medina, sabe que es así, porque como, igualmente su discípulo, ha sido parte del proceso histórico vivido. Sus iniciativas son las que evitarán arrastrar al país a una situación de desobediencia civil, ingobernabilidad y desequilibrio democrático.

Presidente no se cuestiona sobre su gobierno. Tampoco sobre su simpatía política. Es que Ud., como Presidente, está inhabilitado por la Constitución para presentarse. Lo que ahora propone Ventura Camejo tiene peores consecuencias, porque sería forzar su participación en las primarias desconociendo su inhabilitación e imponiéndose con el aparato del Estado; sería irrespetarlo todo.

En el entorno de los Presidentes se cuelan personas que presionan para quedarse porque sólo saben hacer negocios, aprovechando privilegios desde el Poder. El profesor Juan Bosch nos decía (¿recuerda Presidente?) que los negocios son incompatibles con la actividad política.

Su perfil, Presidente, el que conozco, es de los que sabe escuchar y no se deja anillar. Honremos el compromiso histórico y procedamos a esclarecer el camino democrático.

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