El artista colombiano cantará en el Gran Teatro del Cibao y en el hotel Jaragua de Santo Domingo

El cantautor Santiago Cruz visitó por primera vez la República Dominicana en el año 2014, y a partir de entonces ha ido creciendo una relación de cariño y afecto con el público de esta nación del Caribe.

Ese sentimiento aviva sus nuevas presentaciones con el “Tour Elementales”, el 25 de mayo en el Gran Teatro del Cibao y al día siguiente en el hotel Jaragua de Santo Domingo, en las que promete una energía distinta a los shows anteriores que eran más reflexivos y, de alguna manera, más íntimos.

El reconocido artista colombiano afirmó que los dos conciertos estarán aderezados con muchos ingredientes dinámicos y enérgicos a nivel musical, visual y conceptual, a partir de los nuevos arreglos que imprimió a las canciones de su álbum Elementales, cuya idea se desprende de los elementos de la naturaleza (tierra, fuego, aire y agua).

“Extrapolé ese término a las relaciones personales, las cuales se mueven a partir de distintos elementos, como el perdón, el miedo, el anhelo, el agradecimiento, la apreciación, la rendición. Todos esos elementos son los que componen las relaciones personales, y si tú escarbas en cada una de mis canciones siempre vas a unos elementos. Por ejemplo, ‘Y si te quedas qué’ viene siendo el anhelo, el elemento de “Vida de mis vidas” es el agradecimiento, y así cada una de las composiciones tienen un símbolo distinto…”, detalló en una entrevista con elCaribe. El disco Elementales está compuesto por éxitos añejos de Santiago, quien ahora vuelve a presentarlos con un nuevo atuendo musical, y algunas piezas inéditas. A esto se añade el acompañamiento de colegas de la talla de Vicente García, Manuel Medrano, Miranda y Kany García.

A medida que tus fanáticos se multiplican, también es visible una marcada evolución en tu música…
Como yo escribo de acuerdo a lo que me pasa o lo que siento, evidentemente, a medida que pasa el tiempo uno va creciendo como persona y espera que también la música refleje eso… En este trabajo, Elementales, quise rendirle homenaje a las canciones que yo considero elementales en mi carrera, con nuevas versiones, pero también presentar nuevas canciones con nuevas posibilidades estéticas que me permitan seguir haciendo mi camino musical y que ojalá esas nuevas historias, esas nuevas maneras de contar las historias, cuenten con el afecto de la gente como hasta ahora.

En ese proceso, ¿cómo vas buscando el equilibrio, entre lo que quiere escuchar el público y lo que desea entregar Santiago Cruz?
Entre el público hay distintas vertientes. Está la gente que quisiera que uno siga haciendo lo mismo siempre y que cuando cambias te dicen: ‘pero me gustaba más el Santiago Cruz de antes’, y las personas que dicen: ‘¡oye, siempre haces lo mismo!, ¿por qué no cambias?’ Por eso es que enfocar la propuesta musical desde la óptica de lo que la gente quiere oír creo que es de las cosas más peligrosas de hacer; primero, porque la gente es un concepto muy amplio, y la gente tiene ganas de hacer distintas cosas, en distintos momentos del día y de acuerdo a sus distintas situaciones sentimentales o emocionales. Así que yo siempre voy a intentar escribir de acuerdo a lo que yo quiero contar. Algunas veces coincide con lo que la gente quiere oír, usando esa frase que me parece un tanto peligrosa, pero la gente que me sigue sí va a poder tener la certeza de que siempre voy a contarle lo que siento, lo que pienso. Ojalá me quieran seguir acompañando en esa narrativa, porque, además, tú tienes la obligación de llevar a la gente a un viaje, y la gente que te sigue verá si te quiere acompañar o no, pero como artista tienes la obligación de proponerle a la gente cosas distintas.

Te has mantenido firme a tu esencia musical en tiempos en que, por conectar con el público, algunos se sostienen de las colaboraciones con otros géneros, como el reggaetón…
Yo tengo una muy buena relación con J Balvin. Somos amigos desde hace varios años y una vez publiqué en mis redes una foto con una camiseta que era como alusiva a una de sus últimas canciones, que es ‘Reggaetón’, y eso me llevó una avalancha de mensajes de diversas índoles, algunos celebrando la apertura mental de alguna manera, porque no se esperaban que un artista como yo le guste el reggaetón, ya que la gente tiene sus preconceptos, que también son muy peligrosos; y otras personas que decían: ‘por favor no lo hagas, no vayas a hacer una colaboración con J Balvin’. No lo hago porque no me guste, no lo hago porque prefiero que ese género lo haga la gente que realmente sabe, que realmente lo siente. A mí me gusta y yo lo disfruto en distintos momentos de mi vida, pero yo no siento hacer eso, yo siento hacer otras cosas, prefiero lo que siento hacer.

¿Qué sientes hacer?
Contar mis historias, contar las historias que veo, llenar mis emociones a través de las canciones y siempre hacerlo con una estética de la cual yo me sienta orgulloso y cómodo.

Te ha dado resultado seguir esa filosofía de trabajo…
Es que sería más fácil de la otra manera, es como la sensación que uno tiene ahora, pero, como siempre, este camino es el que trae satisfacciones personales.

En ese camino, ¿qué ha sido lo más difícil?
Creo que la lucha permanente con uno mismo, con el ego, sentirse a veces por encima del mundo y otras veces incapaz de afrontar la vida misma. Ese pulso permanente con uno mismo es lo más difícil, lo demás se resuelve. Es una pelea que todos tenemos, lo que pasa es que, dentro de esta industria, esa lucha tiene unos matices distintos, porque nosotros somos personas ordinarias haciendo una cosa que es extraordinaria. Somos personas ordinarias que servimos de canal de difusión de una cosa extraordinaria como la música. El problema es cuando nos creemos extraordinarios y no entendemos que lo extraordinario es el servicio que prestamos, no nosotros como personas, y ahí es donde empieza un poquito la distorsión de la realidad.

¿Cómo un artista puede afrontar esta lucha?
Lo más importante es estar bien rodeado. Yo tengo una fortuna, y es que lo que la mayoría de personas conoce como éxito me llegó cuando ya había pasado los 30 años (33). Ya me había equivocado muchas veces, me había estrellado muchas veces, pero tenía claro una cosa, ya había cometido bastantes errores y a partir de ahí he tenido la fortuna de contar con mi familia que es mi polo a tierra permanentemente… Seguramente, si yo lograba el éxito en mi primer disco, a los 27 años, no iba a contar la historia, porque no estaba preparado para eso. A uno le cuesta mucho entender que las cosas llegan cuando tienen que llegar. No es fácil entenderlo, porque uno quiere tener de alguna manera el control sobre algo, pero al final es así, termina siendo casi una frase de autoayuda, y esas frases, generalmente, son antipáticas para mucha gente, pero cuando tú lo has vivido no hay otra manera de decirlo.

Permanencia
Yo no sé si uno lo logre, porque el asunto es que cualquier equivocación en esta industria tiene mucha visibilidad…”.

El camino correcto
En mi caso es un intento permanente tratar de ser coherente y que esa coherencia me lleve al camino que siempre soñé, que es vivir de mi música”.

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