Sin lugar a discusión, esa es la pregunta más repetida a diario en Piedradura. Es tan común que ya no se requiere mencionar el apellido Fiscal del nombre Comprobante. Pedro Picapiedra toma el cuernofono para ordenar una pizza a la pizzería preferida de la familia. Después de hacer su pedido, escucha una voz entrenada que le pregunta ¿Con Comprobante? La respuesta no se hace esperar. “Claro que si. Si no me envían la factura con Comprobante Fiscal, no recibo ni pago la pizza.” Pedro toma luego la factura y la registra como un gasto en su empresa, Cantera Rajuela, que años atrás compró a su antiguo jefe. Con esta práctica, Pedro logra reducir la renta neta imponible sujeta al pago del impuesto sobre la renta. Por otra parte, dado que la pizza que compró tenía cargada en la factura el Itbis de 18%, Pedro se asegura con su contable que este Itbis lo coloque en la partida de Itbis adelantado del formulario IT-1 de declaración de las operaciones del Itbis, con lo cual su empresa reduce el monto final a liquidar y pagar a la DGII de este impuesto. “No te equivoques, esa pizza fue consumida aquí por el equipo de diseño de la empresa Cantera Rajuela durante una reunión-almuerzo de trabajo. ¿Copiaste?”

Pablo Mármol lleva a su familia al restaurante El Dinosaurio, el favorito de sus 4 nietos. Cuando terminan de almorzar, Pablo solicita la cuenta al mozo, quien a boca de jarro dispara, “¿Con Comprobante?”. “Eso no se pregunta, claro que sí”, responde el empresario de la empresa marmolera. El lunes temprano en la mañana, Pablo instruye a su asistente llevar la factura del almuerzo en El Dinosaurio a Contabilidad. “Explícale a Trucutú que ese almuerzo debe registrarse como gasto de un almuerzo de trabajo con proveedores de mármol rústico de Italia, quienes vinieron a ofrecernos mármoles diferentes a los que estamos comprando. Que no olvide registrar en el IT-1 el Itbis adelantado, si no quiere que se lo rebaje de su sueldo.” “Tranquilo, Don Pablo, delo por hecho”, respondió el asistente.

Vilma le dice a Pedro que irá de compras al Supermercado La Roca. “Ya tu sabes, la factura necesito que me la envíes con Comprobante Fiscal”, fue la reacción inmediata del jefe de la familia Picapiedra. Vilma llena tres carritos completos con productos de limpieza del hogar, aseo personal, papel higiénico y de limpieza, shampoo, acondicionador de pelo, jabones, alimentos crudos y preparados de todo tipo, tres tarros de helado, una buena variedad de quesos, jamones y galletas, bebidas gaseosas, una caja de cerveza Jefe light para ayudar a Pedro a bajar la barriga, un par de botellas de vino Pinot Noir, una funda de paletas para Pebbles y claro, la comida de Dino, la mascota de la familia. Antes de colocar el papel higiénico en la correa movediza de la caja, Vilma indica a la cajera, “no me preguntes si ¿Con Comprobante Fiscal?; tu me conoces, Pedro me mata si me aparezco sin eso”. La compra, ascendente a 34,000 pesos, genera una factura con Comprobante Fiscal que, en la noche, Vilma entrega a Pedro. Al día siguiente, la historia se repite. “Una más para registrar como gasto en compra de equipos de limpieza de la empresa, material gastable de los baños de los ejecutivos y empleados y alimentos para los empleados”, instruye Pedro al contable. “Pero Don Pedro, recuerde que la comida de los empleados la suple todos los días la empresa Rocksome” advierte el contable, quien queda totalmente paralizado con la mirada extraída del primer capítulo de la Divina Comedia de Dante que emana del Don. Treinta segundos más tarde, Pedro le recuerda al contable que la comida de Rocksome es ligera y muy saludable, pero algunos empleados necesitan comer más dado el arduo trabajo que realizan. “Usted tiene toda la razón Don Pedro. Listo. Yo me encargo, asiento el gasto completo de la compra en el Supermercado La Roca y no olvidaré registrar el adelanto del Itbis, que es considerable, pues muchos de los productos de esa compra pagaron ese impuesto”, asintió el contable que estuvo a punto de firmar con los carmelitas.

Betty tiene que ir a la farmacia a comprar medicinas, cosméticos, productos de belleza, humectantes y productos de limpieza de la piel, protectores solares, toallas sanitarias, shampoo, acondicionadores y cepillos de pelo, un nuevo “blower” pues un alto voltaje de Ederock quemó el que tenían, un tractor de juguete para Bam Bam y la última edición de la Revista Roca, que trae las imágenes espectaculares y la exquisita crónica rosa de la boda del año en Piedradura. “¿Con Comprobante Fiscal?” pregunta la cajera. “Si, por favor”, responde Betty. “Cuchi Cuchi, mira lo que te traje de la Farmacia El Peñón”, le dice Betty a Pablo. “Te adoro, Betty; eres lo máximo”, al recibir de ésta la factura con Comprobante Fiscal emitida por El Peñón, SRL. A las 8 am del día siguiente: “Trucutú, resuelve. Asienta esta factura de compra en el Peñón para fines del Impuesto sobre la Renta y el jodido IT-1 del Itbis. Reposición del botiquín de la empresa, utensilios para el baño de los empleados, juguetes para la rifa en la fiesta para los empleados y revistas para el lobby de la empresa” instruye el Señor Mármol. “Nítido, Don Pablo. Así se hará” asienta Trucutú.

Vilma y Betty habían acordado realizar un viaje de paseo con Pedro, Pablo, Pebbles y Bam Bam. A Dino lo iban a dejar en la casa del hijo del cascarrabias Rajuela durante las dos semanas. Los Picapiedra y los Mármol irían a esquiar a Vailhielo, viajando first class en la línea Pterodactyl Jetrock y hospedándose 13 noches en el afamado Four Rocks. La agencia de viaje Dinotours se encarga de todo. La cotización alcanzó RD$1,770,000.00 incluyendo el Itbis del 18%. “Enviéme la factura inmediatamente” instruyó Pedro. “¿Necesita que sea con Comprobante Fiscal?”, pregunto la agente de viaje. “Afirmativo. En el concepto le agradeceré que escriba que corresponde a la compra de pasajes de vuelo y hospedaje en hotel para asistir a la Conferencia Mundial de Canteras de Roca que se celebrará en Vailhielo, Coloroca. Pero haga dos facturas, una dirigida a Cantera Rajuela y la otra a la empresa del Señor Mármol”, respondió Pedro. Con las instrucciones dadas por Pedro Picapiedra, los departamentos de contabilidad de ambas empresas ya tendrían bien claro como proceder.

Las historias de abuso en el uso de los comprobantes fiscales son innumerables en Piedradura. Cuando se compra un carro nuevo para la casa, o se le cambian las ruedas, el gasto y el itbis adelantado lo registran en la empresa. Lo mismo cuando se remodelan las casas, se compran nuevos muebles y electrodomésticos, las facturas emitidas a estos consumidores finales de Piedradura, se exigen con Comprobante Fiscal para ser asentadas como gastos y adelantos de Itbis en las empresas de sus familias. Si los Picapiedra contratan una firma de arquitectos para diseñarle una casa veraniega en Puntacara, los honorarios pagados y el Itbis adelantado son registrados como gastos de diseño de la remodelación de las oficinas de la empresa. Incluso, cuando Pablo Mármol invita a Pedro a jugar boliche con algunos de los amigos de la logia de los Búfalos Mojados, pide que la factura por el uso de las facilidades de la Bolera de Piedradura sea emitida con Comprobante Fiscal.

Esto explica una parte no despreciable de la baja efectividad recaudatoria del Itbis en Piedradura. Con una tasa de 18% del PIB, el año pasado el Gobierno de Piedradura apenas recaudó 4.8% del PIB. En el caso del impuesto sobre la renta de las empresas, con una tasa de 27%, solo recaudó 2.2% del PIB, uno de los más bajos de Rocamericana.

Para poner punto final al abuso de la utilización fraudulenta de las facturas con Comprobante Fiscal correspondientes a ventas realizadas a consumidores finales, la opción más sencilla y práctica sería que la Administración Tributaria de Piedradura emita una Resolución indicando que en lo adelante, no se aceptará que las empresas registren como gastos ni como Itbis adelantados, aquellas facturas con Comprobantes Fiscal emitidas por restaurantes, bares, pizzerías, fastfoods, servicios de catering, supermercados, tiendas de ropa-juguetes-eléctromésticos, ferreterías, farmacias, agencias de viaje, líneas aéreas, hoteles y servicios de correo expreso, entre otros. En el caso de compra de vehículos, muebles y pagos por servicios de remodelación y construcción, sólo aceptarán dichos gastos una vez se compruebe que los vehículos son utilizados por empleados o ejecutivos de la empresa y no en el hogar de esos ejecutivos; que los muebles son realmente utilizados en las oficinas de las empresas; y que los trabajos de remodelación fueron realmente realizados en las empresas y no en los hogares de los dueños. Dado que en Piedradura los cuernofonos celulares ya graban videos, sería muy fácil para las empresas subir los videos que muestren a la Administración Tributaria que dichos gastos corresponden realmente a las empresas y no a hogares y/o consumidores finales.

Posted in Edición Impresa, Opiniones

Más de edicion-impresa

Más leídas de edicion-impresa

Las Más leídas