¿Borrón y cuenta nueva en la SCJ?

En la República Dominicana existe ahora mismo una opinión más o menos generalizada o ampliamente sustentada de que lo más conveniente para el fortalecimiento del sistema judicial es que en la Suprema Corte de Justicia (SCJ) se aplique una especie de “borrón y cuenta nueva”.

En la República Dominicana existe ahora mismo una opinión más o menos generalizada o ampliamente sustentada de que lo más conveniente para el fortalecimiento del sistema judicial es que en la Suprema Corte de Justicia (SCJ) se aplique una especie de “borrón y cuenta nueva”.

Significa esto que los 12 magistrados que ya cumplieron el período reglamentario sean sustituidos por nuevos jueces, con lo cuál se le daría un impulso importante—una especie de segundo aire—a ese poder del Estado.

Voceros de las diversas fuerzas que intervienen en el debate nacional se han pronunciado en ese sentido, por lo cual se presenta como inminente esa barrida cuando este mismo jueves el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) afronte esta tarea tras las evaluaciones llevadas a cabo hace dos semanas.

¿Por qué se percibe tal ambiente en esta ocasión si recordamos que en circunstancias similares en el pasado no se abogaba por tal corte bajito?

Pueden existen muchas razones, tantas como las voces que reclaman la renovación del alto tribunal, pues sabido es que algunos no ocultan la inclinación a disponer de “su tribunal”, entendido esto en el empeño de que emanen decisiones como trajes a la medida de quienes necesitan la intermediación judicial para dirimir conflictos.

Otros talvez procuren ponerse a resguardo de situaciones eventuales, esto es, “porque uno nunca sabe lo que nos pueda traer el mañana”.

Los que pudieran sustentan este último motivo para abogar la renovación total de la Suprema Corte serían aquellos ligados a banderías políticas, sobre cuyas cabezas hay siempre colgando un proceso eventual.

Sin embargo, la realidad es que el CNM no puede sustraerse del clamor que en los últimos días se ha entendido pidiendo la remoción de la SCJ, sabiendo de antemano que la decisión que tome de ninguna manera será del agrado de toda la población.

En ese sentido, el más comprometido, el que mayor peso cargará por la decisión que se adopte, es el presidente Danilo Medina, quien como cabeza del Consejo termina pagando las verdes y las maduras.

Es un trance difícil para el presidente Medina, quien deberá de asumirlo como parte de la obligación que tienen los líderes de afrontar los temas cruciales atendiendo sólo al interés de la colectividad que le confirió la responsabilidad de responderle en los momentos complejos.

La renovación de la SCJ es, sin ninguna duda, un momento complejo, pues si bien el CNM tiene la última palabra en ese ámbito, no podemos perder de vista lo que se juega políticamente el jefe del Estado.

El refrán popular que aconseja cruzar deprisa el paso malo aplica perfectamente en el caso de la SCJ.

Posted in Visión Global

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas