Egresada de la promoción 2003 de la Escuela Nacional de Arte Dramático, la joven actriz Johanna González se considera muy afortunada, pues desde aquel entonces ha mantenido una trayectoria de trabajo constante e ininterrumpida. Entre los directores con los que ha tenido la oportunidad de trabajar sobresalen los nombres de Flor de Bethania Abreu, Hamlet Bodden, Carlota Carretero e Indiana Brito. Sus vivencias en este mundo le han permitido darse cuenta de que nada le apasiona más que estar sobre el escenario. “La adrenalina que te provoca saber que estás a tan solo minutos o segundos de subir a escena es indescriptible, adictiva”, manifiesta. Actualmente se prepara para su nuevo reto: protagonizar el montaje “Cenicienta es Ella”, de la directora Licelotte Nin, que produce junto a Karina Valdez y Camilo Landestoy. A propósito de, conversamos con ella.

Dicen que el teatro tiene un poder transformador en la sociedad, ¿piensas igual?
Para mí el teatro tiene un poder transformador tanto para quien lo lleva a la práctica como para quien tiene la oportunidad de presenciarlo. Cuando el efecto es tan íntimo, tan personal para el individuo, es muy fácil que se multiplique. Entonces sí… podríamos decir que “transforma la sociedad”.

¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje que has obtenido del teatro?
Quienes nos dedicamos al teatro tenemos una actitud distinta ante la vida. Es difícil que te dediques al teatro, por ejemplo, y seas una persona prejuiciosa, intolerante o ignorante. Ser capaz de educar a mis hijos con una mentalidad inclusiva es, posiblemente, el mayor aprendizaje que me ha dejado el teatro.

Actualmente estarás protagonizando el espectáculo “Cenicienta es Ella”, ¿de qué va?
Se trata de una versión moderna del cuento clásico de La Cenicienta, sólo que esta vez la protagonista no es una doncella o princesa que espera ser rescatada por un príncipe azul. Más bien, nuestra cenicienta se ve a sí misma como una heroína; es ella misma quien se salva y la que conquista al príncipe.

Anteriormente has trabajado con Licelotte Nin, dramaturga y directora de este montaje. ¿Cómo es la relación entre ustedes, qué valoras en ella como persona y profesional?
Trabajé bajo la dirección de Licelotte por vez primera en 2017, cuando montamos “Un pedazo de muñeca de Lilli Jolie”, y lo que siempre he valorado de nuestras colaboraciones es su calidad humana. Trabaja muy de cerca con los actores, se preocupa por sacar lo mejor de cada uno sin que el proceso se torne traumático o abrumador. Hemos desarrollado una amistad que espero perdure por muchos años.

¿Qué te motivó a aceptar este rol?
Siendo sincera, después de “Lilli Jolie” aceptaría con los ojos cerrados cualquier propuesta artística que venga de Licelo-tte. Disfruto los procesos creativos con ella y estoy convencida de que es una de las directoras más actuales y a la vanguardia que tenemos. Además, la idea de deconstruir el popular personaje de Cenicienta para tocar una temática tan relevante en nuestra sociedad como lo es la cultura machista y la violencia de género, me pareció excepcional. No dudé en aceptar.

¿Cuál entiendes es el mensaje de esta obra?
Las ideas que plantea acerca de la igualdad entre los hombres y las mujeres son pertinentes en el país. Espero que muchas jóvenes y adolescentes dominicanas vean este espectáculo y se sientan motivadas/empoderadas acerca de su propio rol en la sociedad y en la historia. Abolir clichés como los de “la media naranja” o “el príncipe azul”, son sólo la cherry encima del pastel.

¿Con qué quisieras que la gente se quedara una vez salga de la sala?
Por encima de todo, quisiéramos que el público que asista a la obra reconozca en ella situaciones y personajes de su propio entorno; que se identifique profundamente con estas situaciones mientras pasa un muy buen rato en la sala. Que se entretenga; que reflexione y a la vez se divierta. Estamos trabajando muy duro para entregarles un espectáculo incisivo, pero lleno de humor. Los que vayan a ver “Cenicienta es Ella”, deben prepararse para deleitarse con un festín tanto visual como musical.

Toda una vida
Desde mi adolescencia me he dedicado al teatro; no me visualizo haciendo otra cosa. Nunca lo dejaría”.

Enseñanza
Imparto clases en la Academia de Formación Artística Amaury Sánchez. La enseñanza me apasiona”.

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