Durante todo febrero se celebraron talleres electorales para las 32 provincias del país, adiestrando sobre el Sistema Inteligente Electoral LF (SIELF). Se trata de la utilización de la plataforma electrónica y digital para la personalización del voto de los 7.3 millones de ciudadanos con derecho a ejercerlo.

El reto fue lograr el desarrollo de una aplicación digital para llegarle a todos los electores de manera presencial y virtual. Parecía ser lo más difícil porque se trabajaría con una membresía de un partido análogo, no digital.

En el diseño se consideró como premisa que esa membresía estaba dotada de celulares y medios electrónicos porque según las cifras dadas a conocer por Indotel, desde el 2017, en la población dominicana hay más de 8 millones de celulares y 2 millones de dispositivos con internet.

Efectivamente, empezando cada taller se formuló la pregunta de que levantando sus celulares confirmaran poseerlo, resultando que los asistentes de las provincias económicamente más deprimidas hasta las más activas, todos portaban sus celulares.

Es evidente que la membresía es digital. En cambio, no puede decirse lo mismo del Partido. No lo es en su estructura de funcionamiento organizacional, ni en su comunicación, formación política, recaudación financiera y mucho menos en sus actividades generales. Se ha quedado análogo. La base teórica de los métodos de trabajo del PLD descansa en la necesaria incorporación de la dialéctica y el cambio permanente; lo primero se ha descrito en forma tan sencilla como decir que las cosas se construyen de lo particular a lo general y de lo general de nuevo a lo particular. A su vez, lo del cambio permanente (relativo a que todo cambia en la sociedad y la naturaleza) se invocó como lo único permanente.

Para pasar de análogo a digital, se debe aceptar que el PLD ha dejado atrás muchas formas del quehacer partidario. Sin embargo, eso no daña, y más bien debe entenderse que llegó el momento de su relanzamiento.

Se está en presencia de una revolución mundial tecnológica y digital. A propósito de ella, los métodos que se están aplicando en estos talleres electorales han empoderado a la membresía de la utilización de aplicaciones digitales.

La historia universal nos está pasando por el frente de las casas. Hace alrededor de 4 siglos se produjo desde Inglaterra el inicio de la Revolución Industrial, la cual no fue más que la incorporación de la máquina de vapor a la producción, dejando atrás los talleres manufactureros de producción por vía de la fuerza muscular humana o animal.

La Revolución Industrial aceleró la demanda de materia prima y aumentó la productividad, lo que motorizó riquezas y beneficios en naciones europeas y americanas. Las Trece Colonias americanas terminaron por independizarse dando nacimiento, al finalizar el siglo XVIII, a los Estados Unidos de Norteamérica y en 1789 se produjo la Revolución Francesa; ésta liquidó el “antiguo régimen, para dar paso al nuevo régimen”; es decir, liquidó el feudalismo monárquico para dar paso al capitalismo republicano. Al siglo siguiente (XIX) se produjeron las independencias de las naciones americanas.

Hoy se está en presencia de un acontecimiento histórico de mayores proporciones, se trata de la Revolución Tecnológica y Digital. Nada escapa a ella. Llegó el momento de los partidos pasar de análogos a digitales.

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