Navarro confirma crisis identidad del PLD

La entrada en escena del ex canciller y ex ministro de Educación, Andrés Navarro, como precandidato presidencial a quien atribuyen la condición de solapado delfín del presidente Danilo Medina para enfrentar a Leonel Fernández, confirma mi tesis de que al PLD lo devora una crisis de identidad devenida en callejón sin salida.

La entrada en escena del ex canciller y ex ministro de Educación, Andrés Navarro, como precandidato presidencial a quien atribuyen la condición de solapado delfín del presidente Danilo Medina para enfrentar a Leonel Fernández, confirma mi tesis de que al PLD lo devora una crisis de identidad devenida en callejón sin salida.

Más que una competencia entre el presidente Medina y el ex presidente Fernández para determinar cuál de ellos se queda con la mayor parte el PLD, a ese partido lo carcome una crisis de identidad porque fue ideado y fundado con unos propósitos, y ha retrocedido hacia fines totalmente opuestos.

El PLD fue creado para organizar a la sociedad dominicana como un país en vías de desarrollo, y tras casi 20 años de gestiones gubernamentales peledeístas, somos un país en vías de subdesarrollo y en camino acelerado hacia la ingobernabilidad, al estado fallido.

Permítame el lector conocedor de la geografía nacional, ilustrar con una imagen visual: es como si el PLD hubiese sido constituido como un grupo animado a ir Montecristi, a 246 kilómetros al noroeste de Santo Domingo, y han terminado yéndose en sentido opuesto para Punta Cana, a 196 kilómetros al este de la capital.
Ningún cuerpo vivo puede soportar en una pieza despropósitos de magnitudes tan contradictorias como las registradas en el PLD, no sin sufrir estremecimientos que sólo pueden apaciguarse con regeneraciones que no se alcanzan a divisar.

Los sostenedores de una burbuja mediática que insisten en mantener la pesadilla -que ellos creen ilusión- de que el futuro del país se reduce a Danilo o a Leonel, al PLD, se resisten a ignorar que la aspiración de cambio de la sociedad dominicana es un tsunami silencioso, estudiado ya como rabiosos sentimientos contrarios a la cúpula morada.

Ya hemos visto cómo Nueva York, que fue corazón del PLD, se ha convertido en un asiento hostil para los dirigentes del partido de gobierno, a quienes tan pronto se les advierte en algún lugar público son zaheridos por criollos que se han sentido traicionados por quienes se postularon estandartes de honestidad e integridad, y hartaron al país de corrupción e impunidad.

El señor Daniel Pou, a quien muchos han percibido como un politólogo no distante de las coordenadas peledeístas los advertía en estos días que podían ser víctimas del “voto castigo” de una parte importante de la población.

“Los escándalos de corrupción que no están en los tribunales, están en las redes sociales”, puntualizó, el también especialista en seguridad ciudadana, y hay que ver la indignación rayana con la insubordinación medible en las redes. Navarro, última fragancia que se gasta el PLD, informó en su acto de lanzamiento, que su precandidatura descansa en 4 pilares: “desarrollo integral del territorio, justicia social, fortalecimiento institucional y participación ciudadana”.

Es la confesión palmaria de uno de sus jóvenes dirigentes y ministros y precandidato presidencial, de que cuando se cumplan 20 años de gobierno del PLD, habrán hecho todo lo contrario de lo que debieron hacer, y Navarro reconoce así esa crisis de identidad como si fueran recuerdos del futuro.

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