Más de 5 mil millones de personas poseen teléfonos móviles en todo el mundo y más de la mitad de esas conexiones son a través de Smartphones. El Pew Research Center realizó un análisis de las tasas de tenencia de teléfonos inteligentes en varios países durante el 2018, y descubrió que varían considerablemente, incluso en las economías avanzadas.

Por ejemplo, en los Estados Unidos, es difícil encontrar a alguien que no tenga un teléfono móvil. Pew descubrió que el 13 por ciento de los encuestados de los EE. UU. era propietario de un teléfono móvil básico, mientras que solo el 6 por ciento no tenía ningún teléfono en 2018.

A pesar de sus recientes avances tecnológicos y económicos, las tasas de propiedad de Smartphones siguen siendo bajas en la India. Pew descubrió que, en 2018, el 75 por ciento de los adultos indios no tenían un Smartphone. El 35 por ciento no tenía teléfono, mientras que el 40 por ciento tenía un teléfono móvil pero una versión básica.

Según el INDOTEL, existen actualmente en nuestro país un total de 8,864,385 líneas móviles. La GSMA indica que la penetración de la Banda Ancha Móvil para diciembre 2018 era del 65% de la población de la República Dominicana.

El informe «The Mobile Economy Latin America and the Caribbean 2016″ publicado por la GSMA, indica que la tenencia móvil no es asequible para el 40 por ciento de la población de la base de la pirámide en América Latina y el Caribe. Examinando el informe encontramos que el costo de tenencia de un móvil para el mismo grupo poblacional en la República Dominicana se estima como el 23 por ciento de su salario mensual.

Esto significa que el dominicano está priorizando necesidades básicas en su entorno por la oportunidad de acceder a la Era de la Información y del Conocimiento; el discurso de la 4ta Revolución Industrial ha calado en la sociedad, siendo el consumo de la telefonía móvil, el internet y los Smartphones una clara respuesta.

Según la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (ASIET), la decisión de la Dirección General de Aduanas de República Dominicana de aplicar el 8 por ciento de gravamen a los equipos móviles de comunicación es preocupante.

La ASIET destaca que «incrementar el impuesto a los equipos móviles tendría efectos adversos para los dominicanos, particularmente para aquellos con menores ingresos, que verían dificultado su acceso a los smartphones».

Cerrar la brecha digital es un imperativo ético y económico para el país y al incrementar el impuesto se está afectando directamente la inclusión móvil.

Para abordar este desafío, los gobiernos de la región lanzaron «tarifas de banda ancha social», que es la respuesta para evitar el populismo de ofrecer «internet gratuito».

El desarrollo humano generado por la inclusión móvil se conecta directamente con la asequibilidad de los servicios y la capacidad de los ciudadanos para cubrirlos con sus ingresos.

Si las políticas sociales en materia de inclusión digital requieren que el Estado genere más ingresos a través de impuestos adicionales a los servicios móviles, éstos se convertirán en nuevas restricciones para el desarrollo de la economía digital en nuestro país y una barrera adicional para la inclusión de aquellos dominicanos que quieren subirse al tren del progreso.

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