En 1983 se realizó el primer Desfile Nacional de Carnaval en el malecón

El carnaval dominicano representa la expresión popular completamente libre, democrática y espontánea; envuelve y hace posible todo aquello que pueda negar la sociedad, con la magia de mantener el pasado y hacerle una apertura al presente.

Esta manifestación cultural no fue concebida por los indios, habitantes de la isla de Quisqueya, porque llegó con los españoles a partir del año 1492, cuando inició el proceso de la colonización de la isla.

Existen documentos que describen cómo se celebraba ese evento en la ciudad, antes de 1520; situándolo como el primer carnaval de América, el cual era denominado como “La fiesta de carnestolendas” o fiesta de la carne, que se desarrollaba durante tres días (hasta el martes, antes del Miércoles de Cenizas).

“El carnaval se concentraba en la Zona Colonial, los grupos salían a las calles lanzando ‘huevos de cera’ (huevos con agua de canela atados a un pedazo de tela) a las personas y a las casas de los alrededores”, explicó el sociólogo Dagoberto Tejeda Ortiz a elCaribe.

En esa época nacieron personajes como los “Diablos cojuelos”, “La muerte en jeep”, “Los gigantes” y “Cabezudos”.

A partir de la Independencia Nacional, febrero del 1844, el carnaval inició una etapa de transformación, debido a que la fecha de este evento histórico coincidió con la de la celebración de “La fiesta de carnestolendas”. Dagoberto Tejeda recordó que con la Restauración, en 1865, la élite dominicana empezó a tomar como referencia a París, Francia, para celebrar el carnaval, llevando esta fiesta a casinos y clubes. Gozaba de una expresión muy particular a nivel de diversión, usando confetis y serpentinas. “Comienza a hacerse carnavales de salón, el carnaval popular era espontáneo, disperso y muy localizado en barrios populares”, dijo el investigador.

Cuando llegó el período trujillista, en 1930, el carnaval popular fue prohibido, mientras que el dictador prefirió la celebración de salón. Para ese entonces no solo se lanzaba confetis y serpentinas, sino también monedas de oro.

Integración de los barrios

Los barrios, como Villa Francisca y Villa Juana, se integraron en la celebración popular tomando como escenario el Parque Enriquillo, para así ir transformado el carnaval capitalino con la modificación del disfraz, que era un diablo con un mameluco, un rabo con colores rojo, negro y verde, y con la máscara, que era una reproducción del diablo que se describe en la biblia, hasta modificarla con la caracterización de animales.

“En ese conglomerado aparecen los primeros personajes dominicanizados: ‘Se me muere Rebeca’ (una crítica a situación de los hospitales), ‘Roba la gallina’ (un personaje de herencia africana como producto de la fertilidad) y ‘Los galleros’, entre otros”, detalló Dagoberto.

Sin embargo, los carnavaleros solo podían bajar hasta la avenida Mella esquina Independencia, donde está ubicada la estación de Bomberos, porque en ese espacio se desarrollaba el carnaval de la élite (ricos), desde el Parque Colón hasta el Parque Independencia.

Estaba politizado por el dictador Rafael Leónidas Trujillo, quien lo fue extendiendo a otras provincias del país como La Vega, Santiago, Baní, San Cristóbal. Seguía siendo de salón y se elegía una reina, de la familia sagrada, en lugar del Rey Momo, que llegó de Europa.

Apertura del carnaval

A raíz de la muerte de Trujillo, en 1961, se produjo una apertura que propició el desarrollo de esta fiesta cultural. A partir de entonces empezaron a aparecer los corsos floridos o carrozas y el pueblo como protagonista en las calles.

En esta etapa fue que nació “Califé”, un personaje que iba por todas las esquinas improvisando versos. “Tenía gente que lo conocían y por señales le indicaban si en el lugar se encontraban agentes del Servicio de Inteligencia Militar o ‘calieses’; si no habían, entonaba un verso con doble sentido, de lo contrario, lo hacía inocente”, recuerda Tejeda.

Primer desfile del DN

En 1983 se realizó el primer Desfile Nacional de Carnaval, en el Malecón de Santo Domingo, una idea de Milagros Ortiz Bosch, José Francisco Peña Gómez, Rafael Antonio –Fello- Suberví Bonilla, Simón Romero y Dagoberto Tejeda, con el apoyo del Ministerio de Turismo.

Su objetivo era unir todos los carnavales que se realizan en el país y procurar la permanencia de los grupos populares, por lo que empezaron a dar apoyo económico a los barrios con el respaldo del Ministerio de Turismo. “Ahí decidimos que el Rey Califé, que era un símbolo europeo, pasara a dominicanizarse y lo pusimos como el Rey Nacional del Carnaval”, sostuvo el sociólogo.

Los carnavales de Santiago y Cotuí eran los que exhibían más personajes. Sin embargo, para el experto, el más completo es el de San Juan de la Maguana por su diversidad, la dimensión del tamaño de sus figuras y porque han retomado las costumbres.

Dagoberto Tejeda Ortiz.

Desfile del Distrito Nacional

Unas 100 comparsas y personajes competirán el próximo 24 de febrero en el Desfile del Distrito, el cual se celebrará en la avenida George Washington, desde el Obelisco Hembra hasta la calle Pasteur, a partir de las 4:00 de la tarde. La semana siguiente se realizará el Desfile Nacional. El Ministerio de Cultura tiene disponible un millón 300 mil pesos en premios. El cierre será con un concierto, producido por el empresario Luis Medrano.

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