Pese al elevado nivel de construcciones informales y su alta posibilidad de un colapso ante la ocurrencia de terremotos u otros fenómenos naturales, la tasa de estructuras demolidas por el Estado es cero.

Las estadísticas en ese sentido son inexistentes, según informó el presidente del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia), arquitecto Guarionex Gómez. El profesional entiende que en el país no ha sucedido una tragedia de milagro, pero que la cantidad de edificaciones construidas de manera informal, sumadas a las erigidas antes de los años ochenta, crean las condiciones para que cuando ocurra un gran temblor se produzca una catástrofe de grandes magnitudes.

“Este país ha sido bendecido por Dios, porque tenemos muchos asentamientos en zona de alto riesgo y gracias al Señor, al día de hoy no han pasado hechos lamentables, pero no podemos seguir jugando a la ruleta rusa ni al cuidado de la Providencia”, expresó.

Guarionex Gómez consideró que en el sector El Abanico, de Herrera, se da una de las situaciones de mayor peligrosidad para cualquier ciudadano en el país: “esas viviendas están edificadas sobre un biscocho que se puede desmoronar en cualquier momento”.

Gómez manifestó que luego del terremoto de Montecristi se evidenció, de manera científica que los inmuebles que más daños recibieron fueron aquellos construidos de manera improvisada y también los que poseían cierto nivel de antigüedad. El codiano estimó que de producirse un terremoto fuerte en la escala de Richter, podría ocurrir que las estructuras que no hayan sido construidas bajo las normas sísmicas y sin ningún tipo de criterio de seguro colapsarían.

El presidente del Codia indicó que la existencia de tantas construcciones informales se debe a la lentitud de los trámites que tienen que ser despachados por el Ministerio de Obras Públicas.

En sentido, favoreció que se agilice la aprobación del Código de Ordenamiento Territorial en el Congreso Nacional, como una manera de poder ejerce mayor control sobre las áreas donde se pueden construir instalaciones habitacionales o laborales.
Esto, al entender de Guarionex Gómez, podría contribuir a disminuir la cantidad de edificaciones construidas al margen de las leyes y los reglamentos.

Sociedad de geología advierte

En tanto, el presidente de la Sociedad Dominicana de Geología, Eduardo Verdeja, indicó que por las condiciones sísmicas del país, aquí puede suceder un gran terremoto en cualquier momento. Según Verdejo, “en el pasado se han registrados sismos de hasta 8.1 de magnitud en la escala Richter, sin embargo, existe potencial para que suceda uno más potente todavía, capaz de causar grandes daños”.

Esto se debe a que esta es una isla que se encuentra rodeada de fallas. El hecho de estar en borde las placas de Norteamérica y la del Caribe colocan al país en una situación de alta probabilidad de que ocurran terremotos.

El geólogo explicó que la razón por la cual ocurren esos grandes movimientos telúrico es porque una placa se desplaza lateralmente o por debajo de la otra, hecho que genera una gran energía que se manifiesta en ondas sísmicas que se pueden convertir en maremotos, si suceden en el mar o terremotos si se producen debajo de la corteza terrestre. Por esa razón Verdeja considera que los dominicanos se deben acostumbrar a la ocurrencia de grandes temblores, por las condiciones geológicas de la isla.

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