RD y Venezuela

El gobierno dominicano introdujo ayer un cambio significativo en su política de no alineamiento en el plano internacional, al sumarse a Estados Unidos, Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Perú y Paraguay para aprobar una resolución del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), mediante la cual se declara ilegítimo el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.

El gobierno dominicano introdujo ayer un cambio significativo en su política de no alineamiento en el plano internacional, al sumarse a Estados Unidos, Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Perú y Paraguay para aprobar una resolución del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), mediante la cual se declara ilegítimo el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.

Es el resbalón más grande en esta materia de un gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), coaligado con el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que lleva la política exterior de manos de su presidente Miguel Vargas Maldonado.

Se sabe que el gobierno dominicano está bajo fuerte presión de la administración de Donald Trump después que República Dominicana estableció relaciones con la República Popular China. Entonces, Estados Unidos expresó su desagrado porque no se le comunicó previamente.

Para algunos analistas era poco probable que el gobierno dominicano resistiera ninguna petición norteamericana. Con esa docilidad recibió al narcotraficante cubano-norteamericano Augusto “Willie” Falcón desahuciado por Estados Unidos.

El gobierno nacional anda con excesiva cautela en política internacional, tanto, que esta vez no pudo decir no a una petición que choca con el principio de no intervención en los asuntos de otro país.

La Carta de constitución de la OEA reconoce en sus principios el derecho internacional como norma de conducta de los Estados en sus relaciones recíprocas, y específicamente el acápite e) del artículo 3) instituye que “todo Estado tiene derecho a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social, y a organizarse en la forma que más le convenga, y tiene el deber de no intervenir en los asuntos de otro Estado. Con sujeción a lo arriba dispuesto, los Estados americanos cooperarán ampliamente entre sí y con independencia de la naturaleza de sus sistemas políticos, económicos y sociales”.

La administración del presidente Maduro y el pueblo venezolano viven el drama que todos conocemos, pero sigue siendo un asunto de competencia exclusiva de los venezolanos.

Ante la reconocida debilidad del gobierno de Medina frente a EEUU, al menos debió recurrir a la abstención, como hicieron Antigua y Barbuda, Barbados, Belice, El Salvador, México, St. Kitts y Nevis, Trinidad y Tobago y Uruguay.

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