Algunas veces, por distintas emociones, no encontramos las palabras adecuadas, o aquellas que describan con precisión lo que estamos sintiendo en algún momento.

No importa la formación académica, de nada sirve un amplio léxico, de poco nos vale una dicción limpia, ni el conocimiento de términos solo utilizados por los ciudadanos más cultos.

Algunas situaciones, simplemente nos dejan sin palabras.

Esto nos pasa no solo cuando tratamos de expresar algo que nos afecta, sino cuando estamos frente a alguna persona que atraviesa por una situación. No encontramos adecuada ninguna palabra o frase para apoyar o consolar a ese alguien.

En su mayoría, las personas hemos tenido que recurrir al lenguaje sin palabras, aquel que todos entendemos y con el que todos nos comunicamos.

El silente lenguaje que nos dice tanto sin emitir palabras, ese que unas veces nos hiere y nos hace entender verdades que nos pasamos la vida sin querer aceptar.

Ese que nos demuestra amor y solidaridad.

Nuestro cuerpo habla, nuestros ojos también. A veces, una mirada, la forma en que ladeamos nuestra cabeza, el gesto de nuestros labios, el ademán de nuestras manos, incluso, la manera en que movemos el cuerpo, todos estos son respuestas y expresiones con las que nos comunicamos.

Un fuerte abrazo cuando la tristeza nos abate, un tierno beso cuando nos despedimos antes de una partida, entregar y recibir uno apasionado a nuestro regreso, forma parte de ese silente lenguaje que basta y sobra cuando las palabras no son suficientes…

Un apretón de manos, una palmada en la espalda, una mano deslizada con ternura por todo lo largo de tus cabellos, un gesto de aprobación, tomarte de la mano y caminar a tu lado, sentarse junto a ti cuando deseas estar acompañado, contar con un hombro para colocar tu cabeza cuando las cosas no marchan bien, son esas cosas que valen más mil palabras.

Ser escuchado sin interrupciones, ver extenderse una mano para ayudarte a levantar cuando te sientes caer, el guiño de un ojo en señal de confianza y una amplia sonrisa en vez de un simple “hola cómo estás”, nos dice todo, cuando las palabras no son suficientes…

Posted in Mi TiempoEtiquetas

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas