El presidente de la Junta Central Electoral (JCE) ha vuelto a insistir esta semana en la necesidad de que la clase política representada en el Congreso Nacional, elimine o posponga el voto preferencial en el nivel municipal. Arguye que serían múltiples las complicaciones que representaría su aplicación en las elecciones de febrero del 2020. Por sus novedades, las próximas elecciones serán altamente complejas. Además de la incorporación del voto preferencial en las elecciones municipales, se realizarán unos comicios separados, con solo tres meses de diferencia entre el nivel municipal y el presidencial y congresual. Por otro lado, por primera vez la JCE tendrá que organizar primarias simultaneas conforme a la nueva Ley de partidos.

Es cierto que estas innovaciones tienen la intensión de que la competencia electoral se desarrolle en un marco de mayor democracia, equidad y transparencia. Sin embargo, las elecciones separadas y el voto preferencial municipal, pueden generar serios problemas en la organización del proceso electoral del 2020. Como bien ha indicado el presidente de la JCE, se trata de escoger a miles de candidatos mediante el voto preferencial, sin que se cuente con la tecnología necesaria para el escrutinio de estos votos. Las dificultades que se generen con la administración de las elecciones a nivel municipal, tendrán una repercusión muy alta en la confianza en las elecciones presidenciales y congresuales.

De conformidad con la ley 157-13 que instituye el voto preferencial en la República Dominicana, se estableció que para los próximos comicios esta modalidad de votación se aplicará para los regidores de los municipios y los vocales de los distritos municipales. El voto preferencial consiste en la presentación de listas desbloqueadas para que el elector escoja el candidato de su preferencia. Esta iniciativa se viene aplicando en el país desde el año 2002 para la elección de diputados y diputadas. Aunque este mecanismo ha tenido críticas, ha contribuido a una mejor representación de los legisladores frente a sus electores.

Sin embargo, ampliar el voto preferencial a nivel municipal añade mayores complicaciones a un proceso de por sí complejo, como las elecciones del 2020. En tan sentido, tiene fundamento la solicitud de que los legisladores consideren la posposición de su implementación. Para esto se requerirá de una nueva legislación que establezca que esta iniciativa no se implementará en los próximos comicios y que posteriormente, cuando existan las condiciones de tecnología electoral adecuada, se determinará su puesta en práctica. La prioridad debe de ser la de garantizar que se asista a un proceso electoral con las condiciones adecuadas para que el órgano electoral realice unas elecciones libres, justas y transparentes.

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