Este Museo, quizás el único del casco urbano, posee un tesoro que no puede ser exhibido por la falta de una simple subvención para contratar un empleado o guardián que le fue retirado

En Santiago de los Caballeros, una edificación antigua hacía que nadie se perdiera en el pueblo: la Logia. Aunque mucha gente pasaba y pasa de largo sin advertir su presencia, quizás por la altura del solar o por los guanimos que venden en la acera del frente, que acaparaban la atención, cual mujer en bikini en una valla de carros americanos. Pero los masones, que aún persisten, sin mazos, con su parsimonia, sabiduría, madurez y respeto, detuvieron el reloj en la misma época de la Restauración. Justamente, en la calle Restauración se mantiene, a pesar de los tiempos modernos y su cibernética, la Logia Nuevo Mundo No. 5.

Es una esquina con la calle del Vidrio que por mucho tiempo, hace tiempo, sirvió de desahogo a los marchantes que no tenían donde hacer sus necesidades después de un día vociferando las cargas que traían de los campos cercanos en la era de los bolos y rabuses. La que hoy se llama calle Mella, le cortaba los pies a cualquier transeúnte. La entrada se hace por el oeste de la edificación por esos cálculos, que datan de la era de las pirámides de Egipto que obligaba la orientación de las construcciones con referencia al Este y el Oeste, de la misma manera que Onofre de Lora tuvo que variar los planos de la Iglesia Mayor y ocuparse también, de la casa de los masones.

Con la clara idea de “pulir el espíritu del hombre en la virtud” y evidentemente guiados por “la divina sabiduría del conocimiento, la razón y la justicia”, los masones no necesitan del carburo para madurar y, aunque no lo saben todo entienden que la armonía espiritual de una sociedad tiene que pasar por el respeto que es lo que han hecho, desde la época del Capítulo de Clermont por allá por el año 1758 en Francia.

Poco después vino al país, desde el país galo, un tal Esteban Morín en afanes de comercio y aprovechó para fundar la primera logia de la isla por las cercanías de Port au Prince por el 1761, cuando el Oeste era más rico y de mayor progreso. De esa manera fue fundada la Logia del Rito Escocés en América con el nombre de Logia Parfaite Harmonie y protegida por el tratado de Basilea, que le permitía a Francia declararse dueña de aquel territorio.

Cuando el gobernador de la isla, Louis Ferrand, enviado por Napoleón, organiza en 1803 La Fraternité, primera logia en Santo Domingo, los haitianos se preparan para realizar la primera gran revolución en el continente, que sirvió de inspiración, luego, a Bolívar y a todos los independentistas para sacar tanto a franceses como a españoles. Ese mismo Ferrand nos dejaría un recuerdo macabro al ser dibujado por Alloza en un libro de historia donde presenta su cabeza en la punta de una bayoneta, cuando Toussaint libera el Haití esclavizado de entonces.

Muchas logias fueron fundándose poco a poco y casi de manera clandestina por las persecuciones, tanto de los ocupantes extranjeros como por la misma Iglesia. Es por eso que José del Monte es nombrado por Santana como su representante para protegerlas. Ya Federico Peralta, en 1846 había fundado el templo a la Benevolencia y Fraternidad No.7 y para 1859 la Logia Nuevo Mundo No. 5 gracias a la cooperación y empeño de Manuel A. Román y José Manuel Glas.

Glas fue comerciante, político y filántropo muy destacado que se instaló en la calle Cuesta Blanca (Duarte) entre Sol y Ex convento (Gral. Cabrera) y quien se implicó en numerosos proyectos progresistas como el tren de Lilís, el Palacio Consistorial, el puente de Nibaje, la barca en el paso de Borbón cuando no había puentes, la Iglesia Mayor, etc. Fue apoderado masón por el delegado de la Gran Logia Nacional Antonio Delfín Madrigal hijo. Murió en 1895 en una batalla contra la tuberculosis para reposar en el Cementerio de la 30 de marzo en un mausoleo que él mismo diseñó donde aparece una escultura del italiano Oreste Bardi. Glas es uno de los grandes ilustres de Santiago que algunos historiadores metieron en el macuto del olvido.

Con la anexión a España en el 61 volvieron las persecuciones a los masones y esta logia tuvo que cerrar sus puertas. Sin embargo cuando se inician las guerras de Restauración que duraron hasta el 65 hicieron un gran acto de reconocimiento a los soldados más sobresalientes cuando demostraron su valentía para sacar a Buceta, anclado en la Fortaleza San Luis, con su política de tortura física y sicológica al pueblo santiagués.

Restauradores condecorados

Gregorio Luperón, Agustín Franco Bidó, Pedro G. Gutierrez, Presbítero Miguel Quezada, Francisco Antonio Bordas, Don Justiniano Jiménez, Pedro Antonio Pimentel, Don José Manuel Glas, Genaro Pespiñón, Don Miguel A. Román, Manuel M. Abréu, Don Wenceslao Álvarez, Simón Valdez, Don Teófilo Espaillat, Silverio del Monte, Don Vicente Jáquez, Don H. Severain Riobe, Don Hilarión J. Puello, Don Ulises Francisco Espaillat y Don Máximo Grullón.

El 27 de mayo de 1865 abre de nuevo sus puertas la logia con el alivio de la ausencia de los españoles, y con una tarea enorme por delante junto al Partido Azul: la reconstrucción de Santiago que había sido incendiado para forzar la salida del malo de Buceta.

De toda esa historia de sociedad cerrada, misteriosa, fue quedando atrás en un limbo social arropado por la fuerza y desarrollo de la Iglesia que llegó a prohibir la masonería. En el mismo periodo de anexión el arzobispo de Santiago, Bienvenido Monzón, hizo diligencia para que todos los archivos de la logia pasaran a mano de las autoridades con dos fines: uno, desaparecer la logia y, dos, tener a mano el listado de todos sus integrantes para eliminarlos. No lo lograron, pero el aislamiento fue muy notable a tal punto que hoy solo quedan unos cuantos hermanos que se reúnen regularmente pero que no pueden asumir, de manera personal los gastos de mantenimiento del templo y el museo que poco a poco ellos fueron haciendo.

El museo de la logia

El museo de la logia se va gastando al revés de aquel gallo que tenía el coronel en la novela de García Márquez, “los gallos se gastan de tanto mirarlos”. La Logia se esfuma y nadie la ha visto.
Balaguer, antes de emprender su viaje definitivo, quizás a otros estrados más calurosos, emitió un decreto el 29 de abril del 1991con No. 172-91, que declaraba esa edificación Patrimonio Cultural de la República Dominicana lo que la protege de la avalancha de destrucción del patrimonio de Santiago que ha convertido sus casas históricas en parqueos de grandes comercios que no respetaron el legado de nuestra historia. Nadie sabe donde vivió Bonó, Ulises Fco. Espaillat, Yoryi Morel, Federico Izquierdo, Ercilia Pepín, por nombrar algunas de las personas destacadas.

Ahora, los hermanos masones que quedan, se confunden en la antigüedad de las piezas a pesar de tener el espíritu libre y limpio, se consumen con la implacabilidad del tiempo. Desde fotografías antiguas de personalidades que fueron la cimiente de la ciudad, hasta objeto antiguos como espadas, medallas y piezas tainas que podrían ser expuestas al público y a las escuelas en un proyecto de remodelación con lo que Santiago tendrían un verdadero museo del que sentirse orgulloso. Este Museo, quizás el único del casco urbano, posee un tesoro que no puede ser exhibido por la falta de una simple subvención para un empleado o guardián que le fue retirado. ¡MISERIA E IGNORANCIA HUMANA! Con un criterio museográfico, esa remodelación le permitiría a la Logia ser un gran atractivo turístico.

La casita de Antonio Pichardo, quien tuvo una panadería al lado del Centro de Recreo, se convirtió en el Museo del Celular en las narices de Santiago. Todos en la misma ruta de los coches, aunque sin caballos.

Ningún celular, ni sitio de internet puede darnos ni la riqueza ni los conocimientos que ofrece el Museo de la Logia que es parte nuestra. Este aporte, tanto de las piezas como del saber que se encierra en el templo masónico y su museo, es una ventana de valores que hoy día necesitamos para nuestros jóvenes. Ese espacio puede ser aprovechado para dar conferencias y reactivar aquellos principios que inspiraron a las grandes figuras de nuestra historia que sirvieron de ejemplo para forjar nuestros pueblos. Para tener una idea de lo que digo voy a enumerar algunas de esas personas que fueron masones:

• Juan Pablo Duarte y Díez, ideólogo de la Independencia dominicana.
• Gregorio Luperón, general destacado de la Restauración.
• Simón Bolívar, patriota independentista de América del sur.
• Abraham Lincoln, presidente de Estados Unidos quien prohibió la esclavitud.
• José Martí, padre de la patria cubana, poeta y escritor.
• Rubén Darío, poeta destacado de Nicaragua y de América.
• Benito Juárez, presidente y patriota mexicano.
• Antonio Maceo, general independentista cubano.
• Máximo Gómez, general dominicano destacado por su lucha al lado de los cubanos en la independencia de esa patria.
• Benjamín Franklin, político y presidente de Estados Unidos.
• Salvador Allende, presidente de Chile, muerto en combate defendiendo la democracia contra la barbarie impuesta por Pinochet.
• Harry Houdini, famoso mago y actor de cine.
• Arthur Conan Doyle, famoso escritor autor de Sherlock Holmes.
• Gaitán Jorge Eliecer, político colombiano asesinado en 1940.
• Ulises Heureaux, general y presidente dominicano destacado en la guerra de Restauración.
• Cesar Augusto Sandino, general nicaragüense que luchó contra la tiranía de la familia Somoza.
• Cantinflas, actor cómico del cine mexicano.
La lógica dice que la Logia debe seguir.

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