Con el tiempo, esta afección puede presentar complicaciones como cáncer, infertilidad y torsión testicular

Una vez un pediatra me dijo, a modo coloquial, que el mejor médico de los niños son sus padres. Hacía referencia a que los primeros en detectar alguna anormalidad en el proceso de desarrollo de los hijos son sus progenitores, principalmente, la madre, sobre quien recae los principales cuidados del recién nacido.

Observar al bebé cuando llora, duerme, inlcuso, hasta cuando se alimenta, puede arrojar que algo no anda bien. Entre esos males que se pueden detectar están: los testículos no descendidos, también conocido con el nombre de criptorquidia. Según el cirujano infantil, Pedro José Sureda, conocedor del tema, en la mayoría de los bebés, los testículos descienden cuando tienen entre seis a nueve meses de edad, cuando no es así, hay una criptorquidia. Siendo en los infantes de término, menos frecuente.

¿Por qué puede ocurrir?

Sureda explica que a medida que el bebé crece dentro del vientre, ambos testículos se desarrollan e inician su descenso y posterior fijación testicular al escroto. Este evento debe finalizar, en el séptimo mes de vida gestacional, de una forma tranquila y pausada antes de nacer. Sin embargo, el especialista sostiene que en algunos casos ese descenso no ocurre por lo que el bebé nace con esta afección. “Los recién nacidos pre-términos o de bajo peso al nacer, al igual que los gemelos tienen una alta incidencia de nacer con testículos no descendidos”, expresa.

Intervención

Cabe destacar, que los testículos de los recién nacidos, pre-término y de término, pueden descender y fijarse por sí solos sin intervención quirúrgica antes del sexto mes de vida. De no ser así, Sureda manifiesta que deberán ser intervenidos para realizar su descenso y fijación al escroto. Asimismo, señala que los niños operados en el tiempo adecuado, podrán tener una vida y un buen desarrollo normal. Mientras que aquellos que sean intervenidos en etapas más tardías requerirán controles por su cirujano para evaluar el buen desarrollo testicular, entre otras. “Si los testículos no descendien de forma natural al escroto y no son operados a tiempo para ser fijados al escroto, es un riesgo para el paciente, porque este puede padecer cáncer testicular lo que fluctúa entre el 3.6 y el 12.5 %”, dijo el especialista.

Posibles causas

Esta afección tiene un componente genético, ya que en el 14 % de los niños con testículos no descendidos, sus congéneres también padecieron esta afección, indica Sureda. Añade que, el padecimiento de esta afección por una deficiencia de algún nutriente o vitamina durante el embarazo no se ha podido comprobar, pero sí está relacionado comúnmente al bajo peso al nacer, prematuridad, embarazo gemelar, historia familiar de criptorquidia, el uso continuo de alcohol, fumar o exposición al cigarrillo y pesticidas.

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