Cuando Leonel proclamó el pasado 26 de agosto “No hay marcha atrás” todos la refrendamos. Se trata de una disposición para alcanzar los objetivos propuestos.

La firmeza que implica la expresión, dejó claro de que no habrá dobleces, sino clara disposición a ganar “la guerra” aún perdiendo batallas en el camino.

Hay batallas que se pierden ganándolas; le sucedió al PRM a propósito de la aprobación de la Ley de Partidos, cuando exhibió una alianza doblegándose para ganar en la votación, pero perdiendo la confianza en la percepción de la oposición y también en otros sectores.

En cambio, los legisladores leonelistas se quedaron prácticamente solos siendo aplastantemente derrotados en el Congreso, pero la firmeza mostrada en su decisión, recibió el aplauso de amplios sectores; al término de esa jornada esos 36 y un poquito más, mostraban el orgullo y la euforia del ganador.

Es que en la actividad política frecuentemente se gana perdiendo o también se pierde ganando. Aquellos que tienen poco desarrollo político, prefieren lo último porque quieren que “no se vea que se ha perdido, sino que se ganó”; penosamente para ellos, no ha pasado dos o tres días cuando lucen derrotados.

Perder ganando puede asimilarse a una victoria pírrica. Ésta se conoce en la antigua Grecia cuando el rey de Epiro logra una victoria sobre los romanos, dejando miles de sus hombres en el campo de batalla, lo que lo llevó a exclamar: “ Otra victoria como esta y volveré solo a casa”.

Indefectiblemente, al explicar lo que es una victoria pírrica hace pensar en lo que hizo el PRM y vale preguntarse ¿llegará solo a las elecciones del 2020?

El Dr. Leonel Fernández sustenta una causa, que es el respeto a la Constitución como norma de conducta de toda la sociedad y en especial como límite al poder político desde el Estado.

Su causa es por la que históricamente el pueblo dominicano ha tenido tantas batallas. Ahora para ganar la guerra de defensa constitucional, le ha tocado ese liderazgo a Leonel.

Resulta que al hacerlo, la candidatura presidencial y la misma presidencia, sin haber sido el propósito, le cae en sus manos por gravedad. Es que sólo él, de los habilitados, marca desde el PLD.

Con frecuencia se reclama que levante la mano sumándose a la aprobación de propuestas que contraríen la Constitución. El argumento es que de esa manera no aparece derrotado. La respuesta a eso se deriva de la pregunta ¿qué es ganar y qué es perder?

¿Ganó el PRM cuando votó junto al danilismo la aprobación de la Ley de Partidos con violaciones constitucionales? ¿Ganó Danilo cuando logró aquella aprobación?

Realmente perdieron ganando y parece que de más en más les ocurre como al rey de Epiro que llegarán solos a los comicios del 2020.

En cambio, Leonel defendiendo una causa gana posicionamiento; es lo que ahora preocupa a sus competidores internos y adversarios externos.

De camino a la reunión del CC, se objeta, no el tipo de primarias, sino el carácter inconstitucional de que sea ese organismo y no el Congreso quien decida modificar el Estatuto para incluir el padrón abierto.

Como esfuerzo unitario y respeto a la libertad de asociación, que salva el aspecto inconstitucional, se sugiere un referéndum consultor. Así se gana ganando.

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