Ningún proyecto de reforestación será exitoso, sin contar con la gente que reside en el área o zonas cercanas. El esfuerzo tiene que significar beneficios directos, tangibles y confiables a corto y mediano plazo y contar con una supervisión efectiva. Un estímulo que pudiera contribuir a la viabilidad de los árboles sembrados, pudiera medirse por unidades sobrevivientes, al año, a dos y tres, procurando que los involucrados velen por el cuido de estas y que su subsistencia signifique beneficios. Los organismos internacionales cuentan con recursos especializados, a manera de préstamos no reembolsables y sujetos a exigencias muy particulares. La nueva embajadora americana, recién entregó al Alcalde del DN una donación de camiones compactares. Buen aporte para los ciudadanos del Distrito Nacional. Nos permitimos sugerir a la Sra. Robin Bernstein, que oriente aportes del poderoso país que representa, para contribuir con un agresivo plan de reforestación, que envuelva las iniciativas oficiales y el concurso de toda la sociedad. La mejor manera de combatir la pobreza, más allá de la retórica de discursos carentes de propósitos prácticos, es crear empleos que dinamicen las economías locales, moviendo recursos que empapen todo el entramado social. Reforestar es una excelente vía. Canadá, de exitosa experiencia explotando y resembrando bosques, debe ser un importante aliado en este esfuerzo. Paquistán está en el proceso de sembrar 1000 millones de árboles y lleva 750 millones desde que comenzó en el 2015. India sembró 66 millones en horas con la participación de 1.5 millones de personas y promete sembrar el 12% de su territorio para el 2030. China siembra árboles en un área del tamaño de Irlanda, más de 70,000 km2 y para ello utiliza 60,000 soldados. Los paises africanos han plantado una gran muralla verde de 8,000 km de largo donde Senegal ha plantado 11 millones de árboles y Nigeria ha restaurado casi 80 millones de tareas, creando 20,000 empleos. Estas enormes cifras, aún no contrarrestan los 10 mil millones de árboles que pierde el planeta cada año, según estimaciones.. Dominicana, que en los últimos tiempos ha dado pasos importantes en materia de medio ambiente, tiene un largo camino que recorrer y debe, sin demora, revisar las estrategias de recuperación de bosques y producción de plántulas para esos procesos pendientes. La despolitización del tema, tarea a contracorriente, es vital para asegurar éxitos. Es mandatoria la recuperación de la cobertura arbórea para reducir el flujo rápido del agua lluvia, evitar la erosión, disminuir la sedimentación de presas y aumentar la capacidad de absorción de carbono. Las lluvias de los últimos días han contribuido en la restauración de niveles óptimos de las presas, pero demuestran qué tan frágil resulta el equilibrio entre oferta y demanda de agua para generación eléctrica, reguío y para consumo humano.

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