Por muchos meses el país esperó la llegada de la nueva embajadora de los Estados Unidos ante nuestro país. A pesar de haber tomado posición el presidente Trump, en enero del pasado año, no es hasta ahora que llega Robin Bernstein.

Es apenas la segunda mujer que ocupa la posición de embajadora del país del norte. Recordamos con agrado a la gran amiga Donna Hrinak, quien sin duda representó a su país de forma extraordinaria.

La embajadora Bernstein es empresaria y junto a su esposo Richard desarrollan un importante negocio de bienes raíces y seguros en la ciudad de West Palm Beach, en el estado de la Florida.

Ya conocíamos de su extraordinaria capacidad y de su esposo Richard, importante empresario, un enamorado de la filantropía, tal como nos contara el Encargado de Negocios de la Embajada Americana, Robert Copley, quien desempeñó eficientemente la posición en espera de la llegada del nuevo representante norteamericano.

La señora Bernstein le pidió a su amigo, el presidente Trump, venir a República Dominicana, donde, como ha dicho, le interesa mejorar las excelentes relaciones comerciales de nuestros países, actividades para promover la educación y la mitigación de desastres, que, como nosotros, ha vivido en el estado de la Florida.

Señora Embajadora, usted ha sido designada en un país muy interesante, popularmente decimos que vivimos en un país donde cualquier día claro llueve, a la casualidad le dicen chepa y al peso, tolete.

Luego de veinte años, acabamos de aprobar una ley que regula los partidos a su conveniencia, pronto conocerá que este es un país donde es más fácil cambiar la Constitución que promulgar una ley que regule a los partidos y a los políticos.

Envidiamos la posición frente a la migración que tiene su presidente. Nosotros, a pesar de tener más de un millón y medio de haitianos en nuestro país y gastar más de la tercera parte de nuestro presupuesto de salud en atenderlos, somos objeto de constante crítica de parte de algunas ONG’s y países europeos.

El mayor partido de oposición no se inmuta cuando un alto funcionario del gobierno define a la oposición como floja. Tiene razón, muchos de nuestros políticos se venden, como los peloteros, al mejor postor y su debilidad es tal, que su mayor preocupación es buscar contratos en el gobierno o puestos en el gabinete.

Los legisladores reciben lo que llamamos el “barrilito”, que es un peso por cada votante de su provincia. En mi labor social tengo que admitir que admiro a algunos de los senadores, ya que invierten adecuadamente en los problemas de su comunidad, sustituyendo a las instituciones que no funcionan. Otros, no sabemos qué hacen con los fondos porque no existe lo que en su país llaman “accountability”.

Los primeros días tendrá que acostumbrarse al caos del tránsito, eso no se puede arreglar porque atenta contra “los padres de familia”. Ya se encargarán en su embajada de explicarle este interesante concepto.

La educación sigue siendo la cenicienta del continente y casi del mundo, a pesar de la enorme inversión el gobierno en planteles escolares, pero nuestro sindicato de maestros evita cualquier intento de mejorar el sistema.

Nuestra economía es estable. Hay un importante crecimiento que contrasta con una pobreza lacerante, que no es más que el resultado del uso inapropiado de los recursos.

Estamos trabajando en hacer los procesos de negocio más amigables, porque los permisos y el peaje para instalar nuevos negocios hace difícil producir en el país.

En la medida que se traslade por nuestra bella geografía podrá ver que tenemos más bancas de apuestas que escuelas, estas lograron no ser reguladas con la nueva ley de lavado y aunque muchas se manejen adecuadamente otras son un excelente vehículo para lavar dinero oscuro.

Necesitamos el apoyo de su embajada y de otras embajadas amigas para que nos ayuden a que nuestra ley de compras y contrataciones se aplique a todos por igual. Ciertas licitaciones están tan comprometidas que no vale la pena participar en las mismas, de antemano se sabe el ganador. Para ser justo, hay instituciones que hacen un gran esfuerzo en la transparencia, pero nos falta mucho aún.

Esperamos que su presencia cambie el enfoque de los aportes de USAID, que apoya la publicación de libros donde menoscaba la institución de la familia y promueve el aborto. Decía el presidente Ronald Reagan: “Me he dado cuenta que todos los que están a favor del aborto ya nacieron”.

Se sorprenderá de la cantidad enorme de programas de radio y televisión, los llamamos “bocinas” porque repiten lo que les manda quien le paga y algunos de nuestros comunicadores son verdaderos antivalores, no se preocupe en entenderlos porque nosotros tampoco los entendemos.

El mayor pánico para un dominicano es que le quiten la visa, porque aún cuando dicen que no les importa, todos quieren ir de visita a su gran país, ya sea a conocer sus bellezas o a visitar a algún familiar.

Nos acompañará en las próximas elecciones, algunos las llaman la fiesta de la democracia, otros la fiesta del derroche del erario público.

Pero somos un país alegre, hospitalario, que le da la bienvenida, y como le gusta la pelota, espero que siga al mejor de los equipos, los Leones del Escogido.

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