Hay un partido, de nuevo ampliamente mayoritario, que debe ocupar la primera casilla de la boleta electoral. El escudo del partido que postula al más popular de los candidatos muestra un puño, una lágrima y un eclipse de sol. El rostro del candidato es mitad hombre y mitad mujer de cualquier edad, con expresión de ira y desengaño. Cada voto por este candidato favorito debe descontársele a cada uno de los demás partidos, para que el sistema político se quede huérfano de padre y madre y tengamos que reinventar esta república… (Por tanto, se impone nuevamente: “¡En 2020 vote por Ninguno!”).

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