Uno halló que la aspirina no ayuda a prevenir la primera apoplejía o ataque en personas con riesgo moderado, en primera porque tenían muchos riesgos de salud como fumar, hipertensión o colesterol elevado.
Otro probó aspirina en personas con diabetes, que tienen mayor tendencia a desarrollar o morir de problemas cardiacos, y hallaron que el ligero beneficio que otorgaba era opacado por el riesgo mayor de hemorragias serias.
La aspirina no ayudó a prevenir el cáncer, como se esperaba.
Y los suplementos de aceites de pescado, también probados en personas con diabetes, no lograron ayudar.
“Ha habido mucha incertidumbre entre los médicos alrededor del mundo en cuanto a recetar aspirinas” más allá de aquellas personas a quienes se les recomienda, dijo una de las líderes del estudio, la doctora Jane Armitage de la Universidad de Oxford en Inglaterra. “Si estás sano, probablemente no valga la pena tomarla”.
La investigación fue discutida en la reunión de la Sociedad Europea de Cardiología en Múnich. Para los estudios recetaron 100 miligramos al día, una cantidad mayor a las píldoras de 81 miligramos comúnmente vendidas en Estados Unidos pero todavía considerada una dosis pequeña. La dosis para un adulto es de 325 miligramos.