Este es el título del libro del premio Nobel de Economía Paul Krugman, el cual leí hace ya varios años y debí comprarlo de nuevo porque lo había prestado y hace pocas semanas en una de esas visitas de los bancos de inversión hablábamos del crecimiento del país, de cómo nos ven positivamente desde afuera y nosotros, sin embargo, nos criticamos constantemente internamente.

Pero no fue eso lo que me llevó a releer el libro, fue una serie de gráficas donde estos analistas de bancos de inversión me mostraron una tendencia en donde pronostican una nueva depresión internacional cercana al 2020.

Krugman en la introducción de su libro, refiriéndose a la crisis del 2008, decía que sobre esta eran miles de libros y teorías que se habían escrito. Él, sin embargo, se preguntaba ¿qué hacemos?
Yo diría lo mismo, ¿qué hacer frente a la posibilidad de una nueva crisis internacional que podría coincidir con una local cuando en el 2020, nada que ver con las elecciones, el peso de la deuda esté cercano al 4% del PIB y los financiamientos se hagan caros y difíciles? La respuesta ¡Detengamos la crisis ya!

Por otro lado, ya tenemos la tan esperada ley de partidos. En el programa UNO + UNO decía que la ley no era perfecta, que luego de veinte años parece que fue lo mejor que pudimos sacar. Rápidamente Orlando Jorge Mera en su cuenta de Twitter se apresuró a decir que yo estaba de acuerdo con la posición del PRM.

Nada más alejado de la verdad. Había una lucha interna en el mayor de nuestros partidos sobre si la forma de elección de los partidos debía ser abierta o cerrada. Para ser honesto hubiera preferido que la ley hubiese definido una u otra, no la forma del PRM, que cada partido determine lo que deseen sus cúpulas. Mañana cuando se quiera promulgar una ley de impuestos los empresarios tendremos el mismo derecho de pedir que la aplicación de estos lo determine el consejo de administración de cada empresa.

La ley tiene miles de esquinas donde cortar, luego de veinte años de ir para arriba y para abajo. No limita el gasto de la campaña presidencial y sin embargo sí limita lo que se pueda decir o no de un candidato. El día de mañana un convicto o un narco se postula y no podremos decir nada porque podremos terminar en la cárcel. ¡Detengamos la crisis ya!

Por años, hemos buscado todas las excusas a la inmigración haitiana. Hemos permitido la injerencia internacional de alcaldes norteamericanos que opinan, pero no llevan miles de haitianos a su bello estado. Ocupan los puestos de trabajo en complicidad con el estado y el sector privado porque la mano de obra barata es necesaria, les damos atención médica porque es humanitario, les regalamos una universidad y un hospital, entran y salen de nuestro territorio y eso no es invasión, pero cuando tratan de pasar de contrabando patanas y son retenidas por nuestras fuerzas de seguridad su presidente Jovenal Moise rápidamente en su cuenta de Twitter pretende decir que nosotros iniciamos la balacera cuando fueron ellos los invasores, violadores y asesinos de dominicanos. ¡Detengamos esta crisis ya!

Empieza el año escolar y ya la ADP como siempre intenta boicotear el inicio de las clases. Que aún existan escuelas que necesitan reparación, es posible, son miles de escuelas, pero lejos de convertirse esto en un obstáculo se debe apoyar en advertir esas irregularidades y que puedan ser corregidas rápidamente. Debe ser un trabajo conjunto y no obstaculizar como siempre los cambios positivos. Es un trabajo de todos para salir del analfabetismo de nuestra sociedad que tanto daño hace. ¡Detengamos la crisis ya!

Por último, leí con satisfacción el acuerdo del Ministerio para impartir clases sobre la Constitución. Esto debe ser más amplio porque hablar sobre una Constitución podría ser confuso para nuestros estudiantes. En los últimos dieciocho años la hemos cambiado cuatro veces. Sin embargo, la ley de partidos tomó, con sus imperfecciones, veinte años para ser aprobada.

Sería mucho más provechoso para los alumnos enseñarles que la Constitución no es un traje a la medida, que tenemos que respetar las leyes, instruirlos en cómo comportarse en el tránsito, la importancia de elecciones limpias, sin compra de cédulas, sin dinero o comida para inclinar el voto para un lado o para otro. La importancia de defender nuestra nacionalidad contra cualquier intento interno o externo de convertimos en una sola isla. Hablar de Duarte, Sánchez y Mella y recordar el sacrificio de ellos para que hoy fuéramos República Dominicana. ¡Detengamos la crisis ya!

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