Esa es la conclusión de un monitoreo realizado entre julio y septiembre de 2017 por la Comisión de Lactancia Materna

La ley 8-95 es clara: Los agentes de salud, instituciones o dependencias de servicios de atención de salud y su personal deberán estimular y proteger la lactancia natural y en su artículo 9 prohíbe tácitamente la visita de propagandistas o personas vinculadas a las empresas fabricantes de fórmulas infantiles en los centros de salud.

Sin embargo, la legislación que declara como prioridad nacional la “Promoción y Fomento de la Lactancia Materna” es violada de manera flagrante por parte de médicos, enfermeras y demás personal sanitario en clínicas y hospitales del país que promueven la leche de fórmula por encima de la materna.

Así quedó evidenciado en el Monitoreo realizado en el periodo julio -septiembre del año 2017 por la Comisión Nacional de Lactancia Materna y otras dependencias del Ministerio de Salud Pública, con la coordinación técnica de la Red Internacional de Grupos Pro Alimentación Infantil (IBFAN) y la cooperación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el cual concluye lo que es un secreto a voces: “Es innegable que las compañías están utilizando al personal de salud para llegar a las madres”.

El monitoreo encontró que el 78.5% de las madres entrevistadas refiere que introduce alimento comercial a su hijo antes de los seis meses por indicación médica, en el 77.4% de los casos.

Aunque la ley establece en su artículo 18, que las violaciones a estas disposiciones legales por parte del personal de salud conllevan desde, amonestaciones verbales y escritas, hasta la suspensión temporal de sus labores sin disfrute de sueldo o cancelación de su contrato de trabajo, sin responsabilidad para el empleador, no se conoce de una sola sanción aplicada en este sentido.

La investigación, dirigida a la búsqueda de violaciones y estrategias comerciales que hagan a una madre decidir, en función de esa promoción, reemplazar total o parcialmente su leche por un producto artificial, fue realizada en 22 centros de salud, incluyendo grandes hospitales y clínicas con servicio de obstetricia, ginecología y pediatría, como las Maternidades Nuestra Señora de la Altagracia y San Lorenzo de Los Mina; el Centro de Obstetricia y Ginecología, el Hospital Infantil Arturo Grullón, así como establecimientos comerciales y medios de comunicación del Distrito Nacional, Santo Domingo Este, Santiago, San Francisco de Macorís, Montecristi, Barahona, San Pedro de Macorís e Higüey. Abarcó 107 entrevistas a madres de niños menores de seis meses, 72 entrevistas a personal de hospitales y centros privados, 33 análisis de etiquetas de productos, 50 promociones en comercios, entre otras acciones.

El estudio arrojó que el 22.4% de las madres entrevistadas dijo que introducen alimentos complementarios antes de los seis meses y el 15% refirieron haber recibido muestras gratis.

Asimismo, se determinó que las empresas fabricantes o distribuidores de productos bajo el alcance del Código de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna y la Ley Nacional 8-95, violan disposiciones regulatorias en centros de salud, puntos de venta y en menor proporción en cuanto a la promoción y publicidad en los medios de comunicación tradicionales.

Material publicitario encubierto

Según el informe, en la mayoría de los centros de salud públicos y privados visitados fue encontrado material de promoción, el cual llega a las madres a través del personal de salud.

Los investigadores observaron en las estaciones de servicios de salud, tanto públicos como privados, afiches, carteles, pancartas, productos e incluso, recetarios con el logotipo de distintas marcas de leche de fórmula para la prescripción médica.

“La publicidad en los centros de salud privados se ha convertido en la principal plataforma de las compañías distribuidoras de fórmulas. Encontrándose en estos servicios grandes variedades de artículos promocionados”, detalla el estudio que resalta la violación a los artículos 9 y 11 de la Ley 6-95 y el Código Internacional en sus puntos 6.3 y 6.4 que prohíben la promoción y publicad de productos sucedáneos de la leche materna en todos los centros de salud.

Algunos ejemplos

Aunque en las entrevistas, los directores de centros públicos refieren que no compran fórmulas infantiles ni exhiben material promocional porque “está prohibido”, dicen que cuando es necesario se la indican a las madres y en algunos casos, la reciben de médicos que las traen de la consulta privada. La directora del hospital Arturo Grullón refiere que no existe exhibición de carteles, afiches, folletos, relojes, pero el equipo investigador observó que en una sala del área de lactancia había una calcomanía de una marca de leche.

En el caso de la Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia, se entrevistaron a la encargada de Pediatría, la directora de Perinatología, de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y a la persona encargada de Compras de la Administración del referido centro, así como a cinco madres.

“El encargado de la Administración llama a la encargada de Compras y esta expresa que el hospital compra 20 cajas de 12 latas de fórmula a la compañía Mejía Arcalá, a pesar de que esta maternidad es un hospital certificado como “Amigo de la Familia Lactante” y tiene el único Banco de Leche Humana Pasteurizada del país”, dice el estudio.

Los investigadores resaltan que en la UCI las fórmulas son llevadas por los pediatras, quienes las obtienen en sus consultas privadas, y las regalan a las madres con recién nacidos, en caso de que las necesiten. Subrayan que las fórmulas usadas en sala de UCI son cubiertas con papel para evitar publicidad.

Pagan viajes y congresos

Mientras que, en un centro de salud privado de Montecristi, se encontró una fotografía con el logotipo de Nestlé de una visita del personal médico a su planta de procesamiento en México con gastos pagos por la compañía, así como un cuadro de desarrollo y crecimiento infantil con el logotipo de una fórmula.

En el hospital público Dr. Antonio Musa de San Pedro de Macorís, acreditado como “Hospital Amigo”, informaron que los pediatras llevan las fórmulas que reciben en las consultas privadas, mientras que, en el centro privado Dr. Franklin Peña, las compañías las regalan a médicos, y estos a su vez, las entregan a las madres en post parto y consulta.

En San Francisco de Macorís, los centros monitoreados fueron el hospital San Vicente de Paúl y centro Médico Materno Infantil del Nordeste. El hospital público refiere que hace compra de fórmulas infantiles y las compañías les dejan muestras a los pediatras de varios productos que posteriormente son entregados a las madres. “El personal del hospital refiere no recibir regalos de la compañía, aunque una de las personas entrevistadas dice que recibió aportes para cubrir gastos del congreso de Pediatría 2017. Se observó en el área de acceso a la sala de Perinatología un cartel con decálogo del prematuro por la compañía Mead Johnson”, dice el informe.

Hallan sucedáneos sin registro sanitario vigente

Otro de los hallazgos tiene que ver con la comercialización de productos sucedáneos de leche materna en puntos de venta sin registro sanitario vigente. En cuanto a la publicidad, el estudio arrojó que productos que no son considerados sucedáneos de la leche materna se siguen publicitando a las madres con la finalidad de que se lo proporcionen a sus bebés a partir del primer año de edad. Estas campañas publicitarias ocurren principalmente a través de páginas web. “Las compañías utilizan imágenes de bebés atadas al logo de sus productos para atraer a las madres. Utilizan como puerta de entrada cuentas de redes sociales genéricas con artículos acerca del cuidado de los infantes que están entrelazados con páginas web que ofrecen información acerca de las fórmulas incongruente con la manera como han sido aprobadas”.

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