Underwood anuncia victoria judicial en desafío a EPA de Trump sobre pesticidas tóxicos  

NUEVA YORK – La fiscal general de Nueva York, Bárbara D. Underwood, dio a conocer la siguiente declaración, tras una decisión del Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos para el Noveno Circuito que ordena a la EPA prohibir el uso del pesticida agrícola clorpirifós:

«La decisión de hoy es una gran victoria para la salud de nuestros niños, ya que impide que la administración de Trump permita la exposición continua a este pesticida tóxico. La responsabilidad más fundamental de la EPA es proteger la salud y la seguridad de los neoyorquinos y todos los estadounidenses, especialmente nuestros niños. Sin embargo, la EPA de Trump continúa anteponiendo las corporaciones a las personas. Como hemos demostrado una y otra vez en los tribunales, cuando la administración de Trump viola la ley, lucharemos y ganaremos».

La Fiscal General Underwood dirigió una coalición de ocho fiscales generales que intervinieron en el caso.

Se ha demostrado que el clorpirifós, un pesticida ampliamente utilizado en los cultivos alimentarios, incluidos los que consumen los lactantes, los niños pequeños y las mujeres embarazadas, tiene un impacto negativo en el desarrollo y funcionamiento del sistema nervioso central y el cerebro. Esta decisión ordena a la EPA revocar todas las tolerancias y cancelar todos los registros de clorpirifós dentro de los 60 días.

El clorpirifós es uno de los insecticidas más ampliamente utilizados en los Estados Unidos. Se utiliza en numerosos cultivos alimenticios, incluidos los consumidos por bebés y niños pequeños, como manzanas, fresas, plátanos, peras, melocotones, nectarinas y cerezas. Los residuos del pesticida han sido repetidamente documentados en alimentos y jugos para bebés. El Programa de Datos de Pesticidas del USDA muestra que la detección de residuos de clorpirifós es común en muchos alimentos. Por ejemplo, se encontraron residuos en más del 42% de las almendras muestreadas en 2007 y 2008 (y solo se probaron las almendras de esos dos años).

El pesticida actúa inhibiendo una enzima que es clave para el correcto desarrollo y funcionamiento del sistema nervioso central y el cerebro. Varios estudios han demostrado que los niños nacidos de mujeres expuestas al clorpirifós durante el embarazo tuvieron retrasos en el desarrollo cognitivo y motor en los primeros tres años y cambios estructurales en el cerebro, menor memoria de trabajo y puntajes de CI a los siete años y trastornos del movimiento (incluyendo temblores de brazo) a los once años.

 

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