La apuesta fue hacer una revista que consideraba a la geografía como una ciencia pero que la promocionaba como un entretenimiento. Una revista orientada a un sector más vasto de lectores, con diferentes niveles educativos y de ingresos. (…) La forma de hacerla entretenida era presentando la información de manera divertida con textos sencillos despojados del lenguaje difícil que los había caracterizado, pero bien documentados. La narración sería en primera persona, como el relato de un viajero, escrito en párrafos pequeños, con oraciones cortas y claras. 1
Entramos de lleno en este capítulo al contenido del interesantísimo libro escrito por la historiadora mexicana Laura Muñoz, titulado: “Fotografía imperial, escenarios tropicales. Las representaciones del Caribe en la Revista National Geographic”. El primer capitulo titulado “Empresa Cultural, Empresa Imperial”.
En las páginas de este capítulo se hace un recuento histórico de los primeros años de existencia. La revista que comenzó con el nombre de “National Geographic Magazine”, y con el tiempo fue reducida a National Geographic, existe desde octubre de 1888. Forma parte de una entidad privada y sin ánimo de lucro, que todavía funciona como el órgano de oficial de la National Geographic Society de los Estados Unidos.

La National Geographic Society resultó de la convocatoria que hizo un distinguido abogado y hombre de empresa de Washington, Gardiner Grenne Gubbar, a comienzos de 1888. (…) Era también un momento de gran efervescencia para los sectores intelectuales que se reunían en asociaciones”. 2
Cuenta la historiadora que el grupo de intelectuales se reunió por tres días en el Cosmos Club, que estaba ubicado muy cerca de la Casa Blanca. No olvidemos que en la capital norteamericana se encontraban la mayoría de las dependencias científicas del gobierno, tales como la US. Geological Survey, la Coast and Geodetic Survey, la Navy Hidrographic Office y el Smithsonian. Así pues, la mayoría de los que fundaron esta sociedad eran científicos y exploradores muy vinculados al Gobierno y a sus agencias, o eran militares o veteranos de la guerra civil, como fue el caso de Wesley Powel, o los exploradores como George Kennan, A.W. Greely, entre otros. El objetivo de la recién formada sociedad era el profundizar y difundir el conocimiento geográfico. El primer intento fue un boletín, que por su lenguaje científico tuvo muy poca aceptación del público general. Después de ese fallido intento, se creó entonces la National Geographic Magazine, con un lenguaje más adecuado para el gran público. En 1898, sigue contándonos la historiadora mexicana Laura Muñoz, murió Gardiner Hubbard. Para entonces la revista tenía 10 años publicándose de forma sistemática.

La primera edición de la revista National Geographic fue publicada, como ya dijimos, en 1888. Se reinventó como una publicación hecha al estilo del periodismo científico. El primer despliegue de fotos se hizo en 1905, momento en que fueron publicadas hermosas fotos hechas en el Tíbet durante los años 1900 y 1901 por dos exploradores enviados por el Imperio ruso.
Uno de los mayores hitos fue la publicación de las primeras fotografías a color, a comienzos del siglo 20. Al respecto, la investigadora es incisiva en su juicio:

La empresa expansionista de Estados Unidos produjo una enorme cantidad de registros del progreso y de los logros que obtenía gracias al uso de la fotografía (kodak). Quiero llamar aquí la atención en el vínculo que se establece entre el desarrollo de la fotografía y de las técnicas de reproducción, con la expansión estadunidense que coincide en el tiempo y el desarrollo de la revista National Geographic que se inscribe en ese proceso. Es decir, la revista nace y se desarrolla vinculada íntimamente a la expansión estadunidense y al desarrollo de la fotografía. Por ello (…) es posible ver en las historias narradas un reflejo del desarrollo de las relaciones de Estados Unidos con los países del Caribe, al mismo tiempo que nos permiten examinar el desarrollo de la revista como un marcador en la historia de la fotografía”. 3
La revista creció rápidamente. Para el año 1899 tenía 1,400 suscriptores y cuatro años después, en 1903 habían alcanzado la cifra de 3,000. Y ya para 1936 se repartía en 30 países y la circulación era 1,008,713. Solo en Europa contaban con 62,297 suscriptores. “Para entonces, se había logrado colocar a la NGS como una de las instituciones responsables de moldear la imaginación geográfica del público estadunidense.”

La portada, dice la historiadora, fue uno de los elementos más importantes y distintivos. Esto explica su resistencia al cambio. “Las hubo color terracota, amarillo pálido con letras rojas primero y verdes después, nuevamente terracota con un óvalo de línea negra gruesa; con representaciones del hemisferio; sin ellas, estilo art nouveau a partir de 1904 hasta llegar a la de febrero de 1910 con una guirnalda de hojas de laurel y de roble, con algunas bellotas, quedaba circunscrita por un marco amarillo, el único elemento que se mantiene hasta hoy”.

Así pues, la portada de la revista todavía mantiene su inicial borde amarillo, pero en la actualidad desapareció la hoja de roble y la tabla de contenidos.

Un elemento clave de la revista fue el uso de las llamadas “legends”, o pies de fotos. Al principio, afirma la autora, a los editores de la revista solo les importaba la fotografía, pero con el tiempo comenzaron a ofrecer más información. Otro elemento interesante fue la inclusión de mapas. Para esto crearon un departamento cartográfico en 1916. El primer responsable fue H. Bumstead, quien “desarrolló, entre otras cosas, el compás de sombras de sol, útil en lugares donde no se podía usar el magnético, por ejemplo, en las exploraciones en los polos”
Con el tiempo, la revista se convirtió en un referente obligado para los que buscaban el conocimiento de la geografía, o sencillamente para los que se deslumbraban con el preciosismo de sus fotografías.

En la actualidad se editan millones y millones de copias. Y no solo se publica en inglés sino en 34 idiomas. Seguiremos con el tema en la próxima entrega.
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Laura Muñoz, Fotografía imperial, escenarios tropicales. Las representaciones del Caribe en la Revista National Geographic, México, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora-Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología-El Colegio de Michoacán, 2014, p. 33.
Ibidem, p.31.
Ibidem, p. 35.
Ibidem.
Ibidem, p. 37.
Ibidem, p. 39.

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