La ruta del son: ritmo y estilo que se mantienen

“A Borojol, le traigo un son/a Villa Agrícola, de donde soy/ para Los Minas y San Antón/para todos los barrios Rey Reyes soy/No me critiquen si se me olvida hacer mención/pero en esta ocasión/pa’ Borojol…”, este es el son de Borojol, himno musical que se dedicó a una de las “zonas de tolerancia” que abrazó desde temprano, hace muchos años, el sonido del son.

En el Gran Santo Domingo, varios centros se han convertido en santuarios de este género y lugar predilecto para soneros

“A Borojol, le traigo un son/a Villa Agrícola, de donde soy/ para Los Minas y San Antón/para todos los barrios Rey Reyes soy/No me critiquen si se me olvida hacer mención/pero en esta ocasión/pa’ Borojol…”, este es el son de Borojol, himno musical que se dedicó a una de las “zonas de tolerancia” que abrazó desde temprano, hace muchos años, el sonido del son.

Aunque esta popular demarcación fue perdiendo esa tradición sonera, a pesar de ser tierra sagrada de este género en los años 70, con íconos como el Sexteto Enriquillo y el conjunto de Ramón Gallardo, en el Gran Santo Domingo este ritmo ha encontrado varios lugares que le rinden tributo y agrupaciones que trabajan para que perdure en el tiempo.

Uno de los espacios más populares donde se cultiva el son es en Las Ruinas de San Francisco, en la Zona Colonial. Cada domingo, desde hace 10 años, el grupo Bonyé se reúne para ofrecer un espectáculo gratuito a partir de las 5:00 de la tarde hasta las 10:00 de la noche. En ocasiones, llevan artistas invitados, tanto nacionales como extranjeros.

“El grupo rinde honor al tremendo bailador de son ya fallecido José María Guerrero ‘Bonyé’. A esta actividad, que inició como una peña entre amigos, empezaron asistiendo unas 100 personas y ya anda casi por las 5 mil, domingo tras domingo”, manifestó Chino Méndez, quien forma parte de esta agrupación, que completan: Félix Báez, Franklyn Soto, Nestor Sánchez y Roberto Bobadilla.

En Villa Mella, La Vieja Habana también es un santuario de este género. Fue el primer centro de diversión del municipio Santo Domingo Norte en establecer bailes de son, con música en vivo. El establecimiento está ubicado en la calle Hermanas Mirabal, frente al residencial El Primaveral.

“Surgió a principios de los años 80”, recordó la sonera dominicana Sonia Cabral, quien constantemente ofrece su música en este lugar, donde además se toca bachata, salsa y merengue.

En sus inicios, La Vieja Habana dedicaba los viernes, sábados y domingos al son, pero en la actualidad lo hace solo los jueves, cuando se presentan talentos como Los hermanos Heredia, Sonia Cabral y Los Soneros de Haina, entre otros invitados especiales.

En Villa Mella también está el “Súper Colmado Eli”, que todos los sábados, domingos y lunes toca son con un gran respaldo del público.

Algunos lugares que rendían homenaje al son han desaparecido, pero otros se mantienen luchando en el tiempo. Está el Tíbiri Tábara, el cual inició en Los Mina, Santo Domingo Este, con el nombre de “El Parque Son”. Este centro, ubicado en la calle Francisco Segura Sandoval (esquina Marco del Rosario), tiene un público fiel que asiste cada domingo y lunes para disfrutar un rico son.

Otro espacio que rinde tributo a este ritmo es “La Plaza del son”, uno de los centros de diversión más recientes, ubicado dentro de la Plaza Cheché Car Wash, en la Carretera Mella, también en Santo Domingo Este.

El día que este espacio dedica al son es el sábado, con “Los sábados soneros”, donde primero empiezan con clases de bailes de son y luego, en la noche, se toca exclusivamente ese género para la diversión de todos.

El Club Arroyo Hondo también ha luchado por mantener siempre a los grupos soneros tocando en ese lugar. Allí cantan Sonia Cabral, Los Soneros de Haina y el grupo Maniel. Lo mismo hace el Club Naco, aunque no con tanta frecuencia como el anterior.

“El bar de Alexis”, ubicado en la avenida 27 de Febrero esquina Emilie Boire, sector Evaristo Morales, se erige como un centro emblemático, donde cada domingo la mayoría de las personas que salen de las Ruinas de San Francisco se van a ese lugar, que cada semana presenta conjuntos en vivo, como “Los Amigos del Son”, “Los Hermanos Heredia” y Sonia Cabral, entre otros.
La Feria Ganadera se ha sumado a los lugares que rinden homenaje al son cada viernes con el grupo Bonyé.

Para quienes buscan escuchar y bailar son, “El cañoncito” es una de las opciones más acogidas. Establecido en la calle Barahona, esquina Doctor Betances, sector Villa Francisca, cada lunes, desde las 12:00 del mediodía empiezan a llegar los amantes de este género para bailar y disfrutar.

“Antes le llamaban ‘lunes zapatero’, ahora es ‘el lunes del cañoncito’”, subrayó el locutor y músico Chino Méndez.

De acuerdo con declaraciones del experto en la materia, “El Secreto Musical” es el lugar más auténtico que hay en el país, es el espacio donde cada martes y domingo el Club Nacional de Sonero se reúne. Está ubicado en la calle Pimentel esquina Baltazar de los Reyes, en Villa Consuelo. Aunque Chino Méndez describió el lugar como atípico, ahí es que acude la mayoría de experimentadas parejas de bailadores aficionados y profesionales del son, así como grandes figuras de la política nacional, empresarial, profesional, en sentido general, y turistas.

“Allí la música se toca auténtica, es decir, directamente de donde fue grabada originalmente”, resaltó Méndez.

Sin duda, estos lugares son “salvavidas” para las agrupaciones de un ritmo que sobrevive con poca colocación en la radio dominicana y en los grandes escenarios. Más que un género, el son es un estilo de vida, cuya elegancia añeja mantiene atrapado a muchos amantes de la combinación sonora de instrumentos musicales de origen afrocubanos, como el bongó, “tres” cubano, contrajo, marimbula, güiro y maraca.

Cuco Valoy
“Es un poco difícil encontrar los seis músicos que se necesitan para tocar esa música con elegancia; pero, además, que lo vivan y lo sientan”, expresó el intérprete de “Juliana”.

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