Las sanciones incluirían multas de hasta 250.000 dólares para individuos y sentencias de hasta 10 años en prisión para aquellos que produzcan, distribuyan o utilicen las sustancias prohibidas en eventos internacionales, por ejemplo en las Olimpiadas.
Países como Alemania, Italia y Kenia tienen leyes similares. Durante mucho tiempo, las autoridades estadounidenses se han visto maniatadas por las opciones legales limitadas con que cuentan para enjuiciar a los que hacen trampa al doparse.