Este es un punto controvertido de la ciencia nutricional. Hay estudios que restan importancia al impacto en la salud de tomar suplementos de vitaminas y minerales u otros nutrientes adicionales.

Se entiende que población sana, sin situaciones fisiológicas que demanden suplementación y con dieta equilibrada, no requiere suplementos nutricionales. Sin embargo, la “dieta equilibrada” ciertamente puede ser algo bastante irreal por nuestra falta de control sobre los nutrientes en los alimentos que ingerimos.

Para poner un ejemplo, una determinada pieza vegetal o de fruta cualesquiera, no aporta necesariamente el componente de vitaminas y minerales que teóricamente está supuesta, en función de muchos factores intrínsecos y extrínsecos al alimento, lo cual lleva a considerar adecuado la suplementación nutricional.

También hay que poner de relieve la individualidad bioquímica, las particulares necesidades de cada persona. No todos degastamos el cuerpo de la misma manera; las necesidades nutricionales de una persona a otra son distintas.

Esas variables y el hecho de que el peligro de toxicidad tomando suplementos nutricionales en general es reducido, pues son manufacturados atendiendo los requerimientos diarios de vitaminas y minerales establecidos, los cuales incluyen márgenes de seguridad contra ingestas excesivas, lleva a favorecer la suplementación en personas sanas.

No obstante, hay que tener cuidado con vitaminas como la A y la D que se acumulan en el organismo. También, ingestas muy altas de determinados nutrientes pueden causar desequilibrio de otros. Tomar en cuenta también la interacción con medicamentos.

Si consideramos tomar dosis altas de micronutrientes, es recomendable la asistencia de nuestro terapeuta.

Hay recomendaciones de expertos nutricionistas para seleccionar un buen suplemento nutricional: Que no contenga azúcares, gluten, aditivos, sal, trigo, lactosa, conservante, colorantes artificiales ni levadura.

Muy importante es que describan los ingredientes y las cantidades por cada comprimido. No comprar ninguno que no especifique la dosis en miligramos, microgramos, gramos o unidades internacionales de cada nutriente.

Tomar los suplementos regularmente y a diario. Si al hacer cambios en la alimentación y tomar nutrientes, se experimenta cansancio, irritabilidad, dolor de cabeza, apatía, escalofríos, síntomas de gripe, puede ser parte del proceso de mejoría y no hay que preocuparse.

Si al comenzar a tomar suplementos nutricionales hay ansiedad o molestias estomacales, dejar de tomarlos un par de días y luego reintroducirlos y observar si ya no sucede, a veces es sólo cuestión de acostumbrarse a ellos.

Recomiendan tomar las multivitaminas después del desayuno o después de la comida, por la noche pueden producir insomnio y nerviosismo.

Vitaminas A, D, E, deben tomarse con comidas que contengan aceite o grasa, para ser absorbidas adecuadamente.

La vitamina C es mejor tomarla después de las comidas, ya que su absorción es potenciada con el ácido clorhídrico.

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