Vinicio Hernández, autor de la obra, y quien fuera el camarógrafo exclusivo de Rafael Leónidas Trujillo, narra sus vivencias, unas intensas, otras peligrosas, al lado del llamado “Benefactor de la Patria”.
Vinicio Hernández es conocido por ser el propietario de una de las empresas más importantes del área de impresión del país. Pero esa perspectiva es incompleta, porque este hombre, artista de la cámara fotográfica y camarógrafo de la época de La Voz Dominicana fue el camarógrafo encargado de cubrir las actividades políticas y sociales de Rafael Leónidas Trujillo. El hecho de haber sido camarógrafo durante los últimos años del dictador, convierte a Vinicio Hernández en un hombre diferente, porque enfocar las actividades políticas del tirano durante más de 10 años, era suficiente para templar aún más la ecuánime conducta de su personalidad.
Hernández, sin tener trayectoria como escritor, presenta el valor de sus experiencias mediante un texto casi coloquial, sencillo y directo. No hay rebuscamientos literarios ni posturas que lo presenten como lo que no es.
En la obra, Hernández cita que trabajó con Trujillo cuando tenía 26 años y que filmarlo era equivalente a riesgo y reto, porque cualquier error, por sencillo que fuere, podía desatar la ira del tirano. “Era un gran reto, porque triunfar desde el punto de vista laboral era como escapar del laberinto neurótico que podía generar circunstancias funestas”, sostiene Hernández.
Así , Vinicio Hernández, como camarógrafo de Trujillo, se impuso el reto de la superación y lo consiguió aun en circunstancias cruciales, pues sabía de antemano la atmósfera que se respiraba en la era del tirano, donde podía observar las peligrosas tempestades que se avecinaban por la forma en que se desempeñaba el llamado “’Benefactor de la Patria”’. “Mi intención con este libro es simplemente narrar lo que vi y viví al lado del hombre que gobernó al país por tres décadas, sin entrar en los clásicos registros de la historia, entre los cuales tienen cabida los políticos, sociólogos e historiadores. Solo me limito a narrar cuanto mi memoria sea capa de recordar”, expresa Hernández en su obra.
