La visión que tiene la Iglesia sobre el hombre y la mujer es la igualdad en la diferencia de la sexualidad La visión que tiene la Iglesia sobre la mujer es que ella debe ser cuidada por su importancia y porque es quien da la vida en colaboración con el hombre, pues a través de la mujer se le enseñó a la sociedad el equilibrio de la familia.

Y es que la sociedad debe recuperar la visión que se ha tenido de la mujer, pues los roles son necesarios, ya que el papel que desempeña la mujer en la sociedad es insustituible, por lo que nadie puede ocupar ese rol.

De acuerdo al padre Catalino Tejada Ramírez, representante de la Vicaría Episcopal de Pastoral Familia y Vida de la Arquidiócesis de Santo Domingo, no hay razón para comparar al hombre con la mujer en su rol, porque esa comparación hace entre ellos una especie de lucha constante, que llevan al feminismo y el machismo, y esa lucha lo que trae es una guerra y la visión de la Iglesia no es la guerra, sino la paz.

Importancia de la mujer en la iglesia

El hombre y la mujer tienen roles diferentes y eso es importante saberlo, destaca el padre Tejada. Eso no quiere decir que por la naturaleza sean diferentes, porque Dios los creó iguales, y esa es la visión que tiene la Iglesia: La visión de la igualdad en la diferencia de la sexualidad entre ambos.

“Pero esto no significa que el hombre es superior o inferior a la mujer o que la mujer es inferior o superior al hombre, sino que son complementarios, y dentro de esa complementariedad es que la Iglesia ha trabajado en ese sentido”, indicó el sacerdote.

Hay que señalar que la Iglesia desde siempre ha recalcado los roles del hombre de desempeñar el papel del padre en comunión con la madre, igualmente la mujer de ser la armonía y la complementariedad del hombre, pero sin que la mujer esté subordinada.

Limitaciones de la mujer

Para la sociedad, las mujeres tienen ciertas limitaciones en la Iglesia, sin embargo, señala Tejada Ramírez, que la mujer es tan importante y tan necesaria como el hombre, pero que al mismo tiempo tienen la misma dignidad.

“La mujer no tiene limitaciones dentro de la Iglesia, sino que desempeñan un rol, y los roles siempre nos ponen reglas. A través del bautismo tenemos derechos y deberes. Dentro de los deberes del bautismo está que somos sacerdotes, profetas y reyes. Por el bautismo la mujer es sacerdotisa, profetiza y reina” enfatizó.

Sin embargo, en el sacerdocio o el diaconado ministerial, que muchos los ven como una limitación, es preciso recordar que el sacerdocio es una vocación y esa vocación de Dios al hombre se hace a imagen de Jesucristo.

Dentro de la Iglesia la mujer desempeña múltiples funciones, entre ellas está predicar, dar la comunión, visita a los enfermos, proclamar la palabra, ser catequista, recoger las ofrendas, preparar la liturgia, es la mejor decoradora y la que mejor hace todas las cosas en la Iglesia, dentro de su ministerio y naturaleza femenina.

Y en ese sentido las limitaciones de la mujer son menos que los servicios que ella puede dar, porque sus limitaciones son por naturaleza y no por ser mujer.

“Son más las funciones y son más los trabajos que pueden hacer las mujeres que lo que no pueden hacer dentro de la Iglesia; por eso felicito a todas las mujeres por el papel que desempeñan en la Iglesia porque es más sublime, más inteligente y tienen más funciones que los hombres”, destacó el sacerdote.

Conferencia del Episcopado Dominicano

La mujer dominicana es casi la mitad de la población nacional: 50.2% es masculina, y el 49.8% es femenina, sin embargo el deterioro familiar ha incrementado el liderazgo exclusivamente femenino en los hogares, esto de acuerdo a la Carta Pastoral de la Conferencia del Episcopado Dominicano publicada en enero del 2017, sobre “La Mujer en la sociedad dominicana”.

Explica que la realidad de la mujer en la Iglesia Católica dominicana no está separada de la realidad que vive en la Iglesia universal.

Las enseñanzas del Concilio Vaticano II consideran que “ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se cumple, adquiriendo en el mundo una influencia jamás alcanzada”, resalta el documento.

La carta precisa, además, que hay una “espiral de violencia que invade los espacios de la sociedad dominicana. Dicha violencia alcanza diversos escenarios, entre ellos: el intrafamiliar; el laboral; el vinculado a un contexto social y cultural, donde se somete a la mujer por el hecho de serlo; de conflictos de relaciones de parejas y exparejas”.

Indica que aunque las mujeres pobres son las más afectadas, la violencia contra ellas se registra en diversos estratos sociales. “La violencia en la familia es escuela de resentimiento y odio en las relaciones humanas básicas” enfatiza el documento de la CED.

Es preocupación de la Iglesia educar en valores

Para el cese de la violencia la Iglesia siempre se ha preocupado para que haya una educación integral, y que haya un equilibrio en la familia, que educar en la vivencia de los valores. Y es que la violencia es un signo de desorden familiar, y la causa principal de la violencia no es social, sino familiar, porque donde se cultivan los valores, donde se cultiva la conciencia es en el ámbito de la familia. La Carta Pastoral de la Conferencia del Episcopado Dominicano de enero del 2017, sobre “La Mujer en la sociedad dominicana” indica que en el territorio nacional, el 48% de las mujeres, en edad de 15 a 49 años, se declaran miembros de la Iglesia católica. Además, la carta pastoral especifica que en la Iglesia protestante, las mujeres se han destacado en el seguimiento y consejería de personas, por lo que van adquiriendo responsabilidades como líderes y pastoras estudiosas de su historia para descubrir los aportes que han hecho en la reforma protestante.

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