Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos ante la ONU, dijo al consejo luego de la votación que el veto “nos muestra que Rusia no está interesada en encontrar terreno común con el resto del consejo para salvar al JIM”.
“Rusia no va a estar de acuerdo con ningún mecanismo que pudiera revelar algo del uso de armas químicas por parte de su aliado, el régimen sirio”, agrego Haley. “Es así de simple y así de pecaminoso”.
Durante las discusiones a puerta cerrada del consejo sobre el borrador japonés que comenzaron el viernes por la mañana, el embajador ruso adjunto Vladimir Safronkov se opuso a la medida, mientras que Haley y varios miembros del consejo la apoyaron, informaron los diplomáticos, quienes hablaron bajo condición de guardar el anonimato debido a que la reunión fue privada.
Así que el veto ruso no fue ninguna sorpresa para nadie del consejo.
En el centro de la disputa está la exigencia de Rusia de que haya modificaciones importantes en la forma en que opera el JIM, y la insistencia de Estados Unidos de que el actual mandato sea extendido y que la independencia del JIM se preserve.
Rusia ha sido muy crítica acerca de los hallazgos del JIM de que el gobierno sirio usó gas cloro en al menos dos ataques en 2014 y 2015, y de que utilizó sarín en un ataque aéreo en Khan Sheikhoun el pasado 4 de abril, en el que alrededor de 100 personas perdieron la vida y otras 200 resultaron afectadas por el gas nervioso.
Siria ha negado que haya utilizado alguna de esas armas, mientras que Rusia ha acusado al JIM de hacer uso de métodos inadecuados para determinar que el gobierno del presidente Bashar Assad era el culpable de dichos ataques. Uno de los métodos que los rusos criticaron fue el no haber visitado Khan Sheikhoun.