La misión de la ONU en Haití concluyó ayer

La Misión de la ONU para la Estabilización de Haití (Minustah) concluyó ayer la labor que inició hace 13 años para ayudar a normalizar este inestable país, una labor que, sin embargo, no estuvo exenta de críticas.

Puerto Príncipe. La Misión de la ONU para la Estabilización de Haití (Minustah) concluyó ayer la labor que inició hace 13 años para ayudar a normalizar este inestable país, una labor que, sin embargo, no estuvo exenta de críticas.

La Minustah, que dará paso de inmediato a una pequeña presencia policial, bautizada como Minujusth, fue puesta en marcha en 2004 con el fin de apoyar a Haití después de que un movimiento armado derrocara al entonces presidente, Jean-Bertrand Aristide, y reforzada para ayudar al país a recuperarse tras el terremoto de 2010.

La misión se instaló en momentos en los que la nación, la más pobre de América, era escenario de una violenta crisis secundada por grupos armados, que se cobró la vida de varias haitianos.

En la ceremonia oficial de despedida celebrada el pasado 5 de octubre en Tabarre, al noroeste de la capital, y que contó con la presencia del presidente de Haití, Jovenel Moise, la jefa de la Minustah, Sandra Honoré, expresó su satisfacción por la labor de la ONU en este país.

Este jueves el Consejo de Seguridad de la ONU celebró su último debate sobre la misión, en el que participó Honoré quien dijo, que tras 13 años, “Haití tiene una perspectiva muy distinta, pese a los muchos problemas a los que se sigue enfrentando el país”.

Entre los avances, la diplomática destacó la mejora de la seguridad, la pérdida de poder de las bandas armadas, la restauración de los tres poderes del Estado y el refuerzo de las instituciones democráticas. Sin embargo, dejó claro que queda mucho por hacer para consolidar esas mejoras.

El Consejo de Seguridad de la ONU acordó en abril pasado poner fin a la Minustah y retirar a todos los cascos azules para dar paso a la Minujusth, que se centrará en apoyar a la Policía, promover el Estado de derecho y vigilar el respeto de los derechos humanos.
Esta nueva misión no tendrá personal militar y será mucho más reducida, compuesta por un máximo de siete unidades de policía y 295 agentes.

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