Pare un instante (¿No se ha dado cuenta que tenemos, como dijo Pedro Mir, “un buen pedazo de cielo” para ser ciudad, para ser Capital?). Rememore los versos por ella (¿Recuerda que desde siempre los poetas le han rendido homenaje a la amorosa figura de piedra centenaria?). Repase sus momentos de gloria (¿No ha gozado la paz de sus ruinas, legado de sus gestas que habitan mil palomas?)…Sí, Santo Domingo, nuestra casa grande, aun con sus ruidosos y sucios barrios agregados; aun con el inmenso caos vial que la ahoga, es una ciudad bella y buena que merece mejor suerte. Entonces, no sea estúpido: respétela, cuídela…En fin: ámela.

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