Está ligado al tema hace 37 años; se inició como auxiliar en Puerto Plata, hasta llegar a poseer su propia empresa

José Mateo Mota es una de esas personas que ha sabido subir la escalera y ha tenido paciencia para hacerlo. Está ligado al tema de agua hace 37 años, a través de varias funciones en instituciones del Estado, hasta convertirse en el presidente de un laboratorio químico, microbiológico y ambiental.

Tiene una clientela muy amplia y permanentemente en expansión. Su negocio se llama GSA-LAB; tiene presencia en dos lugares del país (Santo Domingo y Punta Cana), y realiza esfuerzos para formalizar el nombre comercial en Haití. “En Haití pasa lo mismo que cuando yo instalé en Punta Cana… qué no hay laboratorios de este tipo, y como yo tengo que estar yendo y viniendo a Haití a ofrecer los servicios, por eso estamos pensando en la expansión del laboratorio hacia ese territorio”, le cuenta el empresario al periódico elCaribe, cuando un equipo de este diario acudió a conocer todo que hace.

“Los clientes que tengo son fijos, tomando en cuenta que, por ejemplo, hoy se realiza un análisis de agua y luego hay que hacer lo propio en un tiempo prudente. Tenemos clientes como la Generadora Palamara, en La Vega; Kola Real, Punta Cana y la Cervecería Nacional Dominicana, entre otros. El servicio que se les he dado en todos estos años aparentemente les ha gustado”, expresa con satisfacción.

Pero el mercado inicial que tuvo fue el hotelero, porque los hoteles tienen que monitorear semanalmente tanto las aguas como los alimentos, a los colaboradores y manipuladores y los utensilios donde pican los alimentos, así como las ensaladas, las frutas y los jugos. A todo eso ellos tienen que hacerle un análisis. “Por la necesidad y la demanda que surgía tuvimos que ir incrementando el personal. De tres empleados que éramos en 2006, ahora somos 32”, sostiene.

La historia de José Mateo viene de lejos. No es un tipo que cosechó los frutos de golpe, sino que ha ido cultivando poco a poco. “Para los años de 1980 y 81, estuve un poco involucrado con el tema del agua a través del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa), en donde me inicié como auxiliar de laboratorio en Playa Dorada, Puerto Plata”, rememora con dejo de orgullo. Le gusta hablar del tema y a menudo sonríe. Le trae recuerdos diversos.

Indica que cuando el “boom” turístico de ese punto geográfico de República Dominicana, Inapa instaló una planta y un laboratorio de análisis de calidad de agua y desde Santo Domingo le enviaron como auxiliar de la encargada de ese laboratorio en esa época. Y luego pasó a la sede del Inapa, donde permaneció hasta el año 1994, ejerciendo en diversas áreas del laboratorio y como encargado de tratamiento y calidad de agua.

José Mateo tenía la responsabilidad de asistir a todos los pueblos, habilitar y rehabilitar plantas y poner plantas en operación, así como evaluar plantas de tratamiento. En el año 1994, pasó a trabajar a la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD).

La idea de formalizar el laboratorio y de independizarse un poco de la actividad que por años ha ejercido le surgió a Mateo entre 2005-2006. Luego de una necesidad que siempre tenía, de ir y venir a Punta Cana, a hacer muestreos para traer al laboratorio de la CASSD, de Inapa o el Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria (IIBI), para cumplir con compromisos de clientes, fue que se prendió el bombillo, y es ahí cuando decido montar un laboratorio también en Punta Cana.

“Renté un local por unos 700 dólares, y ahí comenzó el negocio de gestiones sanitarias y ambientales. Ese fue el origen y así está reseñado en la Cámara de Comercio y Producción, con nuestro registro mercantil”, recuerda el emprendedor. Pero, concretamente el laboratorio como tal inició con RD$100,000. Cuando José Mateo mira hacia el pasado y evalúa el momento actual, concluye en que la diferencia es notable. “Cuando comenzamos éramos tres empleados: Mi esposa un experto químico y yo. Los tres iniciamos en el laboratorio.

Está en un grupo selecto que ejerce en la actividad

“A inicios, el laboratorio contaba solo con un área y ahí estaban incluidos los laboratorios físico-químico y bacteriológico”, expresa el propietario de la empresa, ubicada en la avenida Héctor Homero, número 14, en el Ensanche La Fe, del Distrito Nacional, y la extensión en la avenida España, Plaza La Realeza, en Bávaro (parte Este del país).

José Mateo tiene 56 años; es licenciado químico de la UASD, también es mecánico industrial. En el país, hay aproximadamente 15 laboratorios del ramo al que pertenece GSA-LAB, “pero que compitan así como el mío son apenas cuatro o cinco”, dice José Mateo.

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