Regulación es un factor que debe estar presente en todas las actividades individuales y colectivas, para que su operatividad no se convierta en molestias, estorbos y fastidios a terceros. En ese núcleo de regulados deberían estar los colegios privados. Instalar cuatro colegios en una cuadra parece una idea ilógica, a menos que se esté pensando en establecer “plazas de colegios”. Ese hacinamiento se da al menos en una zona del sector El Millón, de esta capital, donde cinco colegios instalados en menos de una década han convertido el perímetro en un infierno, durante las horas de entrada y salida y los días de reuniones de padres. Tapones y bloqueos de entradas a casas a la orden del día.

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