El sacerdote Elvin Taveras Durán declaró que asesinó al jovencito porque lo chantajeaba con divulgar unas imágenes en las cuales aparecían en “relaciones íntimas”. Le reclamaba RD$180 mil. El cura le ofreció RD$4,000, pero fue rechazado por el chico y supuestamente vino una pelea. Lo golpeó dos veces en la cabeza con un martillo. Luego le infirió varias puñaladas. Aunque es una admisión de responsabilidad, parece una coartada. Si sostenían relaciones desde hace cuatro años, ¿qué las deterioró? ¿No sería gratuita agresión por celos? La víctima ya tenía otro foco de interés: una novia. ¿Por qué las puñaladas si lo derribó a martillazos? Las cuchilladas son constantes en las agresiones por celos en esos escenarios.

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