Sambá

Americanísimo drama deportivo de plausible factura y exiguos ´ganchos´ de impacto, pese a que filmes de boxeo suelen mezclar muy bien acción y drama como historias de “superación”; aquí es una historia de “segundas oportunidades” en…

Americanísimo drama deportivo de plausible factura y exiguos ´ganchos´ de impacto, pese a que filmes de boxeo suelen mezclar muy bien acción y drama como historias de “superación”; aquí es una historia de “segundas oportunidades” en la que un negro latino inmigrante deportado desde USA y ex presidiario vuelve a su país de origen (a RD, donde precisamente no existen oportunidades, sino privilegios), por lo que la metafórica yerra el jab. Una mirada de la realidad de RD que no aguanta un solo round y se mantiene bailando todo el tiempo en el cuadrilátero social, y así mismo se comporta la narrativa y las tramas para que todo lo que escenifica baile redondo, pero se enreda entre las cuerdas o se refugia en las esquinas, gracias a la incompatibilidad de la endeble carga dramática con la historia contada. La dirección trata bien su parte y lo mismo las actuaciones mientras se están ejercitando, pero a la hora de la verdad jadean frente a una cámara-crochet, insistentemente presente, que alardea de competencia en sus tiros al sambá, muy buenos como práctica, pero que se aleja del drama y se siente que algo no funciona por más swing que haga a lo Sugar Ray Robinson. Plantearse una película de boxeo entre tantas obras maestras del género es como mínimo tozudo capricho que le saca el aire a los productores, y golpea el ego de los realizadores, como se nota al momento en que los peleadores tienen que subir al cuadrilátero con sus conflictos y terminar en el ring apenas lo pisan -más bufones que el Chaplin boxeador-. La dirección pica bien al mostrar menos y ganar atención en el imaginario del espectador. Los problemas están en el guión: la forma en como la tragedia final del protagonista es abordada, repetitivas secuencias que muestran su ahogo, monótono collage de violencia que le rodea, prolongación de subtramas que disgregan la atención, subtramas que debilitan la estructura alrededor del punto que le da origen. Corroboramos que el drama de boxeo, es para maestros en fluidez narrativa, por lo que Sambá se queda a la sombra de gigantes. No hay pasión, no hay emoción. Quiso ser peso pesado y se quedó en minimosca, a quien ni la campana lo salva y, para que no perezca, hay que tirarle la toalla. Una vez más constatamos que no basta con dinero y fama para hacer cine de calidad narrativa irrefutable.

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