Pete Rose devela su estatua en el parque de los Rojos

CINCINNATI (AP) — Pete Rose tomó un extremo de la lona que cubría una estatua de sí mismo y luego dejó al descubierto la obra, que lo muestra en una de las jugadas que ilustraban su energía en el béisbol. Aparece deslizándose…

CINCINNATI (AP) — Pete Rose tomó un extremo de la lona que cubría una estatua de sí mismo y luego dejó al descubierto la obra, que lo muestra en una de las jugadas que ilustraban su energía en el béisbol. Aparece deslizándose de cabeza y levantando los pies, mientras sus codos rozan la tierra.

Finalmente, el toletero con más hits en la historia está inmortalizado en bronce.

En una tarde cálida, miles de fanáticos se arremolinaron en la entrada del Great American Ball Park para rendir un homenaje a su ídolo. El pelotero originario de Cincinnati se convirtió en el octavo astro a quien los Rojos han honrado con una estatua frente al estadio.

“Simplemente es un honor estar en el mismo lugar que estos tipos”, comentó Rose, suspendido de por vida por las Grandes Ligas por apostar a juegos de béisbol. “Esto tiene que ser la meta final de cualquier jugador en su deporte”.

Con permiso de la oficina de las mayores, los Rojos han rendido algunos homenajes a su pelotero más famoso y polémico en los últimos años. En junio de 2016, lo exaltaron al salón de la fama del club, y retiraron su número 14 frente a multitudes en el parque.

En momentos en que los Rojos continúan el proyecto de reconstrucción para ser competitivos de nuevo, el fin de semana dedicado a Rose y a la escultura se convirtió en un inusitado motivo de festejo.

Cincinnati atrajo a 36.613 fanáticos a su juego del viernes por la noche frente a los Dodgers de Los Ángeles, que dio inicio a las festividades. Se trató de la mayor afluencia de espectadores desde el encuentro inaugural de la campaña. Los Rojos perdieron por 3-1, con lo que se estiró a siete su número de derrotas consecutivas.

El sábado, había un calor de 32 grados centígrados (90 Fahrenheit), y algunos fanáticos se desmayaron durante la ceremonia previa al segundo juego de la serie.

Rose, de 76 años, no puede ser votado para el Salón de la Fama del béisbol, debido a la suspensión. El comisionado Rob Manfred rechazó la petición más reciente del exjugador para ser exaltado a Cooperstown, pero no ha descartado la posibilidad de volverlo elegible algún día.

Los excompañeros de Rose que sí llegaron al salón de la fama _Johnny Bench, Tony Pérez y Joe Morgan_ figuraron entre los asistentes a la festividad sabatina. Morgan se ausentó del homenaje del año pasado por problemas persistentes de salud. Esta vez, llegó apoyándose en dos bastones metálicos.

Bench, Morgan y el cubano Pérez tenían ya esculturas en las inmediaciones del parque-

“Fue un gran momento, y Pete lo vuelve perfecto, lo corona”, destacó Bench. “Es imposible que la relación entre nosotros cuatro se rompa”.

Durante un encuentro con la prensa, Rose habló de la relación tirante que tuvo alguna vez con Bench, quien ingresó al Salón de la Fama en 1989. Rose destacó que la investigación de las Grandes Ligas sobre las apuestas acaparó los titulares de la prensa en aquel año y eclipsó el gran momento de Bench, quien tenía motivos para estar disgustado.

“Créanme, yo no pedí esa investigación”, dijo Rose, quien negó durante años que hubiera apostado al béisbol, antes de reconocerlo.

El legendario pelotero afirmó que tiene ahora una buena relación con Bench, quien se mostró de acuerdo aunque le recordó sus fallidas sociedades para operar un salón de bolos y una concesionaria de venta de automóviles.

Rose habló también de algunas críticas por parte de quienes consideran que Cincinnati realiza demasiados homenajes a los integrantes de la “Gran Máquina Roja” que ganó la Serie Mundial en 1975 y 76. Consideró que homenajear a esa generación honra también a la franquicia.

“Y si a alguien no le parece sensato eso, que se vaya al infierno”, añadió Rose.

 

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