Energía de masas y hechos sociales (2 de 3)

En la entrega anterior dimos como hecho fundante de la ocupación de las energías de las masas dominicanas, hasta 1994, el activismo político que significaba la separación de las elecciones congresuales y municipales de las presidenciales y vicepreside

En la entrega anterior dimos como hecho fundante de la ocupación de las energías de las masas dominicanas, hasta 1994, el activismo político que significaba la separación de las elecciones congresuales y municipales de las presidenciales y vicepresidenciales, hecho que fue culminado con la Reforma Constitucional del 2010 y reconfirmada en la del 2015.

Cuando las energías de las masas son validadas por el pueblo, ya sea por expresiones artísticas, mentidero público, refranes y máximas, entonces se convierten en hechos sociales. Es decir, no existe un hecho social si no es validado por el pueblo que, constituido en nación, suma la nueva acción a las costumbres, tradiciones y normas del mismo legitimándola.

El ejemplo más elevado de un hecho social dominicano lo constituyó “7 días con el Pueblo”. Esta fue la validación artística de la acumulación de energías de masas de este pueblo- nación reclamando a Balaguer un conjunto de reivindicaciones sociales insatisfechas teniendo como eje motor a las centrales sindicales. Allí, el arte construyó ciudadanía y el pueblo encontró un tubo de escape ante la inequidad que caracterizó a la sociedad de la época y que sirvió de base a las desigualdades que todavía permanecen: la Sociología de ayer es la historia de hoy.

Ahora bien, si construimos la ciencia recurriendo al contraejemplo, o Historia Contractual, el acto que significó energía de masas y nunca se convirtió en hecho social fue la firma del Frente Patriótico entre las cúpulas políticas de los partidos morado y rojo en 1996 porque el pueblo entendió claramente que, con el mismo, los rojos signaron su impunidad.

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