Cinebiografía o biopic de Pelé tan desabrido como una tayota. Los biopics es un tipo de género involutivo, de narrativa traicioneramente esclerótica. Con este, por más que quisieron poner en práctica los mecanismos que colocaran en funcionamiento los encantos del cine (incluso los clichés del género), el producto final se desincroniza presentando las acostumbradas disonancias cinematográficas de los biopics. Esto ocurre porque escena tras escena el personaje no puede adaptarse a situaciones o planteamientos dramáticos. Ya lo vimos con los biopics de Mandela, Goya, Napoleón, Gandhi, Chaplin, aunque justo es decir que algunos de los más acertados a la fecha son los realizados por Scorsese y Bertolucci, por ejemplo, quienes nos presentan filmes con narrativas transversales entre lo épico, didactismo y drama, con excelente apelo histórico. Pues bien, este filme retrata el inicio de la carrera futbolística del brasileño Edson Arantes do Nascimento hasta su formidable triunfo en la Copa del Mundo de 1958. Tiene aciertos en lo fotográfico y en la banda sonora casi perfecta. Pero el guion y la dirección, así como las actuaciones son toscas con estereotipados diálogos y elipsis enclenques. Esto se da siempre por el uso de la maniobra tipo hollywoodiana que tiende a obligarse al empleo repetido de sensiblería patética. Hipocondriaco en su elección narrativa, el filme atropella ritmo, historia, cadencia, drama, con lo que produce aversión en el público riguroso, de gusto pulido y sabedor del buen cine, muy contrario al armatoste que es el filme hecho para entretener cabezas vanas. Lo interesante, sí, es el obvio apelo a demandas sociales que enlaza con las favelas y el espíritu deportivo legendario en el fútbol brasileiro. Es un espejo en el que debe verse el cine dominicano y los proyectos que hay sobre “Jack Veneno” (aquel payaso de ´lucha libre´ de dudoso tránsito en la sociedad dominicana), y poner ojo en ese otro proyecto fílmico del cantante Fernando Villalona (sin más trascendencia cultural o social que su voz) donde uno se pregunta: ¿Qué fuerza extraña es la que arrastra al cine dominicano tan proclive a mamotretos y payasadas? Pero bueno, como todo filme es un documento para bien o para mal, termina por engrosar la historia de desaciertos donde es obvia la precaria motivación cultural que empuja tales “proyectos” con tufo a plástico tostado. (Nada en contra en lo personal).
HH Género: Drama histórico. Duración: 107 minutos
