La política norteamericana en el Caribe. Nixon y Kissinger. El olvido del Caribe [1]

La puerta que conduce a la verdadera paz, debe quedar abierta. Se necesitan dos llaves para la cerradura. Los Estados Unidos tienen una: la Unión Soviética la otra. A menos de que las dos superpotencias adopten una relación de “vive y deja vivir”,&

La puerta que conduce a la verdadera paz, debe quedar abierta. Se necesitan dos llaves para la cerradura. Los Estados Unidos tienen una: la Unión Soviética la otra. A menos de que las dos superpotencias adopten una relación de “vive y deja vivir”, el mundo no disfrutará de una paz verdadera en el siglo presente. Si nos esforzamos para conseguir tal fin, el resultado fatal será una guerra suicida. Si logramos nuestro objetivo, no solo se hará evitable la guerra mundial, sino que será posible una paz mundial. Si se lanzan unas contra otras, las superpotencias entrarán en una espiral de discrepancias a escala cada vez mayor que puede conducir a la guerra. Trabajando juntas pueden formar una fuerza irresistible en favor de la paz y no solo para sí mismas sino también para los demás… Richard Nixon[2]

Richard Nixon, el trigésimo séptimo presidente de los Estados Unidos, subió al poder en enero de 1969. Gracias a su enérgica y vigorosa política exterior, pudo reelegirse en 1972. Era un presidente muy popular. Su reelección fue relativamente fácil. Sin embargo, en 1974 renunció de su cargo, convirtiéndose en el primer presidente estadounidense en dimitir del cargo. Murió el 22 de abril de 1994.

El éxito de la política de Richard Nixon fue sin lugar a dudas su estratega en política y seguridad Henry Kissinger, un egresado de Harvard que llegaba a la Casa Blanca, y que jugó un papel preponderante en el giro que daría la política exterior norteamericana durante la administración Nixon.

El Caribe como región no era una preocupación de la administración Nixon. El único tema que preocupaba a Kissinger era la pequeña guerra fría que se desarrollaba con su vecino Cuba. Apoyaron cualquier vestigio de movimiento contrarrevolucionario. Defendieron y ampliaron el bloqueo. Y finalmente, ofrecieron grandes facilidades a los cubanos que escapaban del régimen de Fidel Castro. Aparte de Cuba, el Caribe no era un problema. Había control en las demás islas. Sus gobiernos eran aliados a los Estados Unidos.

Un problema que no tenía solución y había sido heredado de varias administraciones anteriores, pues había iniciado en 1955. Uno de los mayores defensores de ese proceso bélico fue el presidente Johnson, era la Guerra de Vietnam, que se perdía, a pesar del esfuerzo militar y económico que hacía el Gobierno de los Estados Unidos. Desde el inicio de su gestión, en 1969, su política con respecto a la Guerra de Vietnam estaba concentrada en estos aspectos:

1. Retirada progresiva de tropas.
2. Mantenimiento del apoyo al Gobierno de Vietnam del Sur.
3. Tratar de llevar a Vietnam del Norte a la mesa de negociaciones. No extender los bombardeos y las acciones bélicas a ningún otro país.

De hecho, los Estados Unidos tuvieron que iniciar el retiro definitivo de Vietnam a principios de los 70, saliendo los últimos contingentes en 1975. Esta guerra duró casi 20 años. Un conflicto que costó dinero y sobre todo millones de vidas humanas. Solo de vietnamitas civiles se calculan más de dos millones de muertos.

La Guerra Fría fue el eje de la política exterior de este binomio. Kissinger fue dinámico, agresivo más bien. Uno de sus objetivos era ampliar los lazos en la zona prohibida, una forma de decir que había que poner fin a las hostilidades. Cinco eventos marcaron esa política:

Negociaciones con la Unión Soviética. Kissinger defendía la idea de que estableciendo un amplio acuerdo disminuirían las tensiones mundiales. El acuerdo abarcaría los siguientes elementos:

Control de armamentos
Establecimiento de relaciones
comerciales
Disminución de las tensiones en
Medio Oriente
Paz en Vietnam

Acercamiento a China Popular. Desde 1949 ambos países habían roto las relaciones diplomáticas, y desde siempre los Estados Unidos apostaron al proyecto Taiwán. Sin embargo, se abrieron las puertas cuando el presidente Nixon visitó China en 1971, siendo recibido por todo lo alto por el presidente Mao Zedong. Una reunión tan insólita como sorpresiva.

Establecimiento de relaciones diplomáticas con Alemania Oriental en 1974.
La firma de los Acuerdos de Helsinki. Con este acuerdo los Estados Unidos no solo reconocía los límites de varios países de la órbita soviética, sino que aceptaba el resultado de la Segunda Guerra Mundial en Europa Oriental, donde la URSS tenía hegemonía.

La firma del estatus de la isla Okinawa. Esta isla pertenecía a los Estados Unidos desde 1945, pero gracias al acuerdo pasó de nuevo a ser parte del territorio de Japón.
La agresividad de la administración Nixon en el mundo prohibido del otro lado de la cortina quiso aplicarse al medio oriente, pero la situación en estos países era demasiado complicada. Kissinger decidió no variar la política. Siguió apoyando a Israel, en contra del movimiento palestino. No cabe dudas de que Henry Kissinger logró dulcificar la dura y cruda Guerra Fría.
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[1] Este artículo está basado
en mi libro “La política Exterior
Dominicana. 1961-1974. Tomo 1. 13 años de Política Exterior, Santo
Domingo, Editora Amiga del Hogar, 2002.
[2] Richard Nixon, La verdadera paz. Una estrategia para occidente, Madrid, Editorial Planeta, 1984, p.35.

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