A favor nuestro

Si hay algo en lo que nosotros hacemos énfasis, es en la forma agresiva de conducir vehículos de motor en calles y carreteras de nuestro país. Lo más notorio al salir a otros países es la forma de conducirse, tanto conductores como peatones,…

Si hay algo en lo que nosotros hacemos énfasis, es en la forma agresiva de conducir vehículos de motor en calles y carreteras de nuestro país. Lo más notorio al salir a otros países es la forma de conducirse, tanto conductores como peatones, en las calles; por experiencia, al haber transitado 600 kilómetros entre un país y otro, con curvas mayormente cerradas y tramos en los cuales era común el tránsito de vehículos de carga, fue de impacto ver cómo, sin importar el tamaño del vehículo, se cede el paso al que le toca, y, en un trayecto tan largo, no recuerdo haber escuchado un solo toque de bocina. En diferentes ciudades, hay que ver cómo se respeta el paso de cebra, aún no haya nada para cruzar ni luz que te detenga, y el transeúnte o peatón de manera segura y confiada atraviesa la calle sabiendo que difícilmente va a ser atropellado por nadie.

Tenemos, a través de este medio, años insistiendo en el problema emocional que genera conducir en nuestras calles, siendo esto una fuente de estrés permanente en los individuos; el no respecto a las leyes y, más aun la falta de conciencia de lo que implican todas estas imprudencias, lo cual ha segado la vida a miles de personas, así como también que no se toma tanto en cuenta los que han quedado con condiciones que les impiden seguir realizando sus tareas cotidianas, convirtiéndose entonces en un problema emocional, económico y social para las familias y el Estado.

En estos momentos se presenta la nueva Ley de Tránsito, que si vemos, más que un problema como se quiere interpretar, es una forma de obligar a todos a comedirse y respetar las vidas de las personas que, como he dicho, en ocasiones tienen familias que les esperan sanos y salvos, todo lo que vemos fuera de aquí no es más que las consecuencias legales que acarrean esas faltas. Es penoso que un país tan pequeño como el nuestro esté entre los principales en índices de muertes por accidentes de tránsito. Más que quejarnos, apoyemos esta ley que nos favoreces a todos.

¿Te has puesto en lugar de familias donde han perdido uno, dos y en ocasiones todos sus miembros por la imprudencia de un borracho o un conductor insensato de vehículos pesados?

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