PANAMA — Un médico particular y una de las hijas de Manuel Antonio Noriega aseguraron el jueves que se le ha detectado al ex hombre fuerte panameño un crecimiento inesperado de un tumor benigno en el cerebro que se le diagnosticó hace cuatro años.
El doctor internista Eduardo Reyes dijo que recientes resonancias magnéticas practicadas al ex general, de 82 años, revelaron la protuberancia y que según el galeno obligaría a una cirugía.
En declaraciones por teléfono a The Associated Press, Reyes explicó que el tumor, un meningioma, está agrandado y puede trastocar actitudes mentales y físicas del paciente.
Una de las hijas de Noriega, Thays, dijo a la AP que la situación de su padre es preocupante.
«Habíamos visto que tenía algunos tipos de crisis y al parecer es relacionado (con el tumor)», afirmó. Agregó que la posibilidad de una cirugía «no puede ser tomada a la ligera» debido a su edad y a que no tendrá las condiciones adecuadas para su recuperación en la cárcel.
El ministro consejero en temas de salud Temístocles Díaz dijo en declaraciones al canal de televisión local Telemetro que «en efecto existe esa realidad y eso (el tumor) ha ido creciendo».
Añadió que «aparentemente por las evaluaciones es perfectamente tratable todavía, y si no se trata no hay manera que se pueda controlar».
El funcionario dijo que ha acudido a un hospital público en donde Noriega está siendo evaluado a fin de informarse de su condición.
Un antiguo opositor político de Noriega, Guillermo Cochez, fue el que advirtió en la víspera sobre la situación de salud del ex jefe castrense. «Su salud es bastante delicada y no conviene que muera en la cárcel», dijo Cochez.
Noriega fue trasladado el jueves temprano desde la cárcel El Renacer, situada cerca del Canal de Panamá, a un centro médico público para una revisión rutinaria, confirmó a la AP la oficina de prensa del Ministerio de Gobierno (Interior).
Noriega gobernó con mano dura desde 1983 hasta que fue expulsado por la invasión de Estados Unidos el 20 de diciembre de 1989.
Poco después de esa acción militar se entregó a autoridades antidrogas estadounidenses que lo trasladaron a un centro de reclusión en la nación del norte, donde a la postre fue condenado por narcotráfico.
A fines de abril de 2010 se lo extraditó a Francia para que enfrentase acusaciones por lavado de dinero, pero en diciembre del 2011 el gobierno francés lo repatrió a Panamá, que lo envió directo a prisión por varias condenas en su contra por asesinato de opositores.
Desde poco después de ser recluido Noriega sufrió varias dolencias de salud que obligaron a hospitalizarlo en al menos dos ocasiones. De acuerdo con sus médicos privados, padece problemas cardiacos, afectaciones pulmonares y cerebrovasculares.
Su equipo legal ha pedido infructuosamente a las autoridades penitenciarias que se le otorgue reclusión domiciliaria por su estado de salud y su longevidad.
En junio del 2015 Noriega sorprendió al salir en un canal de televisión panameño para pedir perdón al país por las afectaciones que causó su régimen, pero muchos familiares de muertos y desaparecidos durante la dictadura dudaron del arrepentimiento del ex hombre fuerte.
