Santiago.-El número de persona que se acoge a la repatriación voluntaria comienza a aumentar, aunque a cuenta gotas, en medio del llanto de aquellos que dejan casa, ajuares y parientes nacidos en suelo dominicano.
La desesperación embarga a un gran número de familias haitianas frente a las gobernaciones provincial de la región Norte a, incluido de aquellos que temen no completar el proceso y por tanto ser deportados.
Desde la pasada semana van apenas 60 los extranjeros de la vecina nación que junto a sus hijos y los pocos ajuares que logran cargar, utilizan el autobús asignado por las autoridades dominicanas.
Tan solo el pasado viernes fueron 12 los que se acogieron a la repatriación voluntaria, el lunes 16 más y cinco el sábado.
Un oficial de Migración estima en apenas cincuenta a los que han dado asistencia. Stanley Defi, llevaba justo un año en territorio dominicano laborando para una empresa en Santiago.
“Yo sabía que no podía completar mis documentos y por eso tomé mis cositas en un bulto y vine para irme a mi país, aunque la verdad no se a que me voy a dedicar allá, porque no hay nada en que trabajar”, expresa Defi al hablar con reporteros de El Caribe.
La tristeza en su rostro, no permite siquiera decir una palabra a su compañero. En el grupo de apenas ocho que salió el pasado miércoles, dos eran madres, algunas con sus niños.
Frente a la gobernación provincial, aumentó el número de agentes policiales y de la Dirección de Migración ante la amenaza de ser repatriados por las autoridades.