Lee Kuan Yew, que como fundador del Singapur moderno ayudó a transformar el somnoliento puerto en una de las naciones más ricas del mundo, ha muerto. Tenía 91 años.
Fue trasladado al Hospital General de Singapur el 5 de febrero debido a una neumonía grave y posteriormente fue conectado a máquinas para mantenerlo con vida. En un comunicado colocado en su sitio de internet, la oficina del primer ministro informó que Lee “falleció pacíficamente” a las 3:18 a.m. del lunes.
Era temido por sus estrategias autoritarias, pero insistía en que era necesario aplicar límites estrictos a la libertad de expresión y de manifestación pública con el fin de mantener la estabilidad en este país multiétnico y con diversas religiones.
Lee guió a Singapur durante 31 años hasta 1990, convirtiéndolo en un centro mundial de finanzas y comercio. Su legado incluye un gobierno eficiente con poca corrupción, bajas tasas fiscales para atraer inversión extranjera, excelentes escuelas y calles seguras.