Los municipios que están bajo el influjo de los canales Marcos A. Cabral, Najayo-Nizao y Juan Caballero en la provincia Peravia están sometidos a una sequía dura para esta época del año. Si bien el estiaje se inicia con el invierno y se agudiza a partir de marzo, esta vez sus efectos extremos tienen que ver con una reducción de las lluvias durante el año pasado.
La disminución de las precipitaciones se conjuga con la cultura de uso del agua. Tiene que ver con las prácticas agrícolas en Peravia y con el consumo en San Cristóbal y el Gran Santo Domingo. La escasez actual es tan grave que asombra a banilejos y extraños que rara vez habían visto polvo sobre el Marcos A. Cabral, por cierto, pobremente atendido en todo su cauce.
En la Capital todavía no se sienten los rigores de la sequía que sufren los agricultores banilejos, pero la situación requiere reflexiones. Una vez más hay que compartir las inquietudes acerca del agua, un recurso fundamental que no terminamos de valorar sino cuando escasea.
La principal fuente de suministro de agua para consumo humano del Gran Santo Domingo viene de la cuenca del río Nizao, clave para los habitantes de la región sur-central y parte del sureste. Más de una vez se ha planteado que es necesario desarrollar otra fuente. Los estudios apuntan hacia el Norte de Santo Domingo. La dirección de la CAASD los tiene, pero no encuentra eco en el gobierno nacional.
En lo inmediato, el presidente Danilo Medina ha dispuesto de RD$70 millones para atenuar, asimismo como lo anunciaron, atenuar los efectos de la sequía en Peravia, pero eso no resuelve el problema.
La crisis de hoy, que no ha llegado a su punto culminante, debe servir para que el poder público preste atención. Imagine que el sistema Valdesia llegue donde nadie desea, en medio de la creciente degradación de su cuenca. ¿Qué pasaría?
Así como urge invertir en educación y salud, debe hacerse con el agua. Las regiones sur-central y sureste, Peravia, San Cristóbal y el Gran Santo Domingo, requieren políticas especiales. Las razones son tan obvias…
