NUEVA YORK— Funcionarios electos y líderes religiosos de varias congregaciones criticaron el martes anuncios publicitarios que pronto se colocarán en autobuses públicos y estaciones de metro de Nueva York.
Seis anuncios se colocarán esta semana en algunas bocas del metro y la semana próxima en 100 autobuses. Algunos de los anuncios muestran al periodista estadounidense James Foley con su verdugo momentos antes de ser ejecutado. Otro tiene la imagen de un líder musulmán junto a Adolfo Hitler.
«Podemos rechazar el odio», dijo el contralor municipal Scott Stringer en una conferencia de prensa celebrada frente al Ayuntamiento. «Esta es la clase de odio para la que debemos tener cero tolerancia».
Los anuncios, que costarán 100.000 dólares, son financiados por la bloguera Pamela Gellar. Un tribunal federal falló en 2012 que la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), que dirige el sistema de transporte público de la región, tiene la obligación de permitir la colocación de publicidad con puntos de vista diferentes.
«Tenemos las manos atadas», dijo Adam Lisberg, portavoz de la MTA. «Varios fallos judiciales han dejado en claro que la MTA no puede rechazar publicidad que cumpla nuestras normas en ese campo».
Los anuncios incluyen un descargo de responsabilidad que expresa que la publicidad no representa los puntos de vista de la MTA. Uno de los anuncios, que hace referencia a «matar judíos», fue rechazado por la MTA sobre la base de que pudiera incitar a la violencia.
Gellar, quien ha presentado una demanda para echar atrás esa decisión, dijo el martes en una entrevista que coloca los anuncios porque «políticos y los medios no cuentan estas cosas».
«Es importante publicar estos anuncios para aumentar la conciencia de la cada vez mayor amenaza de la yihad y poner fin a la obstinada ignorancia de esa amenaza», dijo Gellar, al tiempo que negó tener posturas contra el islam. Pero agregó que «no necesito agradecer a todos los musulmanes que no quieren matarme».
Los funcionarios que realizaron la actividad frente al Ayuntamiento sugirieron que incluso si la publicación de los anuncios se hace sobre bases jurídicas, las preocupaciones morales pesan más.
«Estos anuncios no tienen lugar en Nueva York», dijo Melissa Mark-Viverito, presidenta del Concejo municipal, a quien se unieron otros concejales, el representante federal Hakeem Jeffries, la defensora del pueblo Letitia James y Linda Sarsour, directora ejecutiva de la Asociación Árabe Estadounidense.
